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Consejos para periodistas: Cómo cubrir la epidemia de coronavirus de manera efectiva sin propagar información errónea

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CDC scientist wearing personal protective equipment.
James Gathany/CDC

 

La epidemia del coronavirus será una de las historias más urgentes, complejas y de rápido desarrollo de este año. Las redacciones que aún no tienen reporteros especializados en salud y ciencia deberían construir rápidamente una red de periodistas independientes (o freelance) con experiencia en la cobertura de enfermedades infecciosas y designar un equipo interno que se enfoque en este tema y se conviertan en expertos del mismo. Los periodistas que cubren este tema aprenden a evaluar la evidencia, descifrar la jerga y las estadísticas, encontrar expertos confiables y humanizar historias intimidantes. Aquí hay algunos consejos para tener en cuenta—y por favor agrega tus consejos en los comentarios—. Necesitamos apoyarnos mutuamente y compartir ideas mientras cubrimos esta crisis de salud pública que está evolucionando.

  • Sigue escribiendo historias. Es posible que ya hayas publicado docenas de historias sobre COVID-19, pero a medida que más personas comienzan a prestar atención verdadera a esta epidemia, estás escribiendo para más lectores, entre ellos las personas que no se dieron cuenta de lo importante que era cuando circulaba principalmente en China. Eso significa que se están acercando a ti con una comprensión aún menor de la situación que tu audiencia inicial. Es crucial ser claro y minucioso, incluso si sientes que te estás repitiendo una y otra vez.
  • Define los términos en cada historia, y, tal vez, crea y añade un enlace a un glosario. Cuando escuchas muchas conferencias de prensa de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos o de las autoridades de salud estatales y locales, es fácil apropiarse de su lenguaje. Pero incluso cuando tienes prisa, es importante traducir la jerga. La mayoría de las personas no conocen los términos “transmisión comunitaria” o “propagación asintomática” o realmente no entienden qué es una cuarentena.
  • Utiliza las redes sociales de manera efectiva. Twitter no debería ser tu editor que asigna qué historias escribir, pero si las personas hacen preguntas en las redes sociales o notas que están confundidas o fascinadas por algo, tal vez deberías escribir sobre eso. También, comparte todas tus historias. La gente quiere información confiable en este momento y tú la estás proporcionando.
  • Busca información sólida de expertos en enfermedades infecciosas y salud pública, y mantente alerta ante las personas que intentan venderse como expertos cuando no lo son. Está circulando mucha información errónea sobre el coronavirus, y este problema empeorará conforme avance el brote. Algunos políticos están minimizando el peligro, algunos charlatanes están tratando de vender tratamientos o protecciones falsas, y algunos anti-vacunas están incorporando al coronavirus dentro de sus teorías de conspiración sobre las vacunas.
  • Evita desmentir una teoría sin sustento científico si aún no ha recibido mucha atención. La repetición hace que la información errónea se sienta más cierta.
  • Cuando una información errónea se vuelve prominente, desmiéntela efectivamente. Investigaciones sobre la información errónea han revelado algunas de las mejores prácticas para esto: reemplazar la información falsa con algo que sea verdadero. Di de inmediato que tal cosa falsa es falsa, especialmente en los encabezados. Proporciona una razón por la cual la falsedad se ha diseminado o por qué la gente podría creerla o por qué alguien la está promoviendo, para ayudar a las personas a entender por qué están viendo esta información errónea a pesar de que es falsa. Las historias que desmienten suelen ser las más efectivas si son simples y breves.
  • Evita el balance falso. Los reporteros experimentados en salud, ciencia y ambiente saben que no deben dar el mismo tiempo y espacio a los creacionistas, a los negadores del cambio climático, a los anti-vacunas o a los terraplanistas. No es necesario contar algún “otro lado” del coronavirus cuando el otro lado es ridículo.
  • Reconocer temores o incertidumbres puede calmarlos. En lugar de decir “no te asustes”, menciona que algunas personas están preocupadas, y eso es comprensible porque esta es una situación nueva y no sabemos cómo terminará, pero… (y luego proporciona la información confiable que de otro modo podrían no procesar por estar demasiado asustados).
  • Explica lo que no sabemos. Las personas tienen muchas preguntas que aún no se pueden responder, como qué tan infeccioso es este virus en personas que aún no muestran síntomas. Decir que es una pregunta que los investigadores están intentando responder urgentemente puede reducir la confusión de tu lector.
  • Ten cuidado con señalar a “los otros” como población en riesgo. Es cierto que las personas con condiciones médicas existentes parecen ser más propensas a tener complicaciones graves por COVID-19. Pero muchas de las personas en tu audiencia tienen condiciones médicas existentes o seres queridos que las padecen. Los primeros casos fueron en China, pero los virus no respetan las fronteras culturales ni políticas. Comparte información sobre quién está en riesgo sin implicar que tienen la culpa o que no son parte de tu audiencia.
  • Incluye contexto. Cuando sea apropiado, ayuda a los lectores a comprender cómo funciona el sistema de atención médica, cómo funciona la ciencia, cómo funcionan las publicaciones científicas, cómo funciona el sistema inmune, cómo funcionan los virus. Este es un momento idóneo: las personas que generalmente no prestan atención a estos temas de repente están fascinadas.
  • Entrevista a enfermeras y enfermeros. Los periodistas suelen citar a los médicos en lugar de a las enfermeras como fuentes expertas, incluso cuando la experiencia y el conocimiento de las enfermeras es más relevante. Especialmente con el control de enfermedades infecciosas, las enfermeras pueden ofrecer información crítica y perspectiva.
  • Busca oportunidades para mostrar a virólogos, epidemiólogos, enfermeras, funcionarios de salud pública, fabricantes de vacunas, genetistas y demás haciendo su trabajo. Como sabes—pero como algunos lectores no necesariamente aprecian—, la ciencia es un proceso y la hacen personas reales. La gente realmente quiere ver sus capacidades en este momento.
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