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Cómo utilizar las herramientas de cualquier rama del periodismo para el periodismo científico

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Alaina Levine
Alaina Levine en Biosphere 2, una instalación única de investigación científica del sistema terrestre en Oracle, Arizona. Cortesía de Alaina Levine

Como reportera de negocios y estilo de vida, Alaina Levine, periodista freelance basada en Arizona, nunca esperó que un anuncio sobre arañas en el periódico desempeñara un papel clave en su carrera periodística. Pero en 2012, este le consiguió una historia en Scientific American.

Levine había sido columnista y escritora freelance de Inside Tucson Business durante años, escribiendo sobre negocios y relaciones públicas, así como sobre gastronomía y vida nocturna. Como parte de ese trabajo, se propuso leer los periódicos locales para mantenerse informada sobre los eventos en el área, generar nuevas ideas y pensar en potenciales nuevas fuentes. En julio de 2012, vio una pequeña mención sobre la conferencia de la American Tarantula Society, que se iba a celebrar en Tucson ese año. Aunque el tema tenía poca conexión con sus áreas de cobertura habituales, despertó su curiosidad y decidió asistir.

En la conferencia, escuchó a una estudiante de posgrado dar una charla sobre su investigación en entomología forense, el campo floreciente que estudia la sucesión de insectos que se alimentan de cadáveres en las escenas del crimen. Era algo de lo que Levine nunca había oído hablar antes, pero encontró la ponencia fascinante y le pidió a la estudiante que se reunieran para tomar un café. Esa simple cita para tomar café resultó en una exitosa propuesta de artículo para Scientific American sobre cómo la investigación de la estudiante estaba cambiando el campo de la investigación de las escenas del crimen. Levine dice que esa historia sobre ciencia —y otras oportunidades en el periodismo científico posteriores— surgieron directamente de su enfoque en mantenerse al día con el tema de negocios en su localidad.

Es un patrón que Levine dice que ha repetido muchas veces a lo largo de su carrera. Escribir sobre negocios le enseñó cómo abrirse paso entre el ejército de especialistas en relaciones públicas que rodean a ejecutivos prominentes, como Elon Musk, para obtener acceso a perfiles detallados, una habilidad que ahora usa para cubrir tecnología. Y escribir columnas destinadas a dar consejos a las personas en pocas palabras le ayudó a concentrarse en sacar algunas conclusiones clave —una habilidad que ahora pone en práctica para destilar investigaciones complejas o los impactos más significativos de un nuevo descubrimiento científico—.

“Debido a esa exposición, siento que soy una escritora de temas científicos más fuerte”, dice Levine.

Y ella no está sola. Muchos reporteros científicos se inician en otros temas, incluyendo sucesos, negocios, moda o política. Y muchos de ellos están de acuerdo en que las habilidades que desarrollaron en esas especializaciones los ha preparado mejor —y a veces los ha puesto en una posición única— para informar sobre ciencia.

Eso es lo que cree Abigail Foerstner. Ella es codirectora de la especialización de posgrado en salud, medio ambiente y ciencias en la Medill School of Journalism de la Northwestern University. Ha estado enseñando periodismo científico durante más de una década, a menudo a estudiantes de posgrado que tienen experiencia en diferentes áreas de cobertura periodística.

Las historias científicas tocan todos los aspectos de la vida, dice Foerstner. Comprender el ámbito político puede ayudar a los periodistas a cubrir las políticas de cambio climático. Comprender el negocio de la financiación de la investigación o los obstáculos al desarrollo de productos puede ayudar a los periodistas a cubrir los nuevos avances científicos con matices y un escepticismo saludable.

“Cualquier cosa que hagas podría ayudar a nutrir la escritura científica”, dice Foerstner.

 

Meredith Rutland Bauer
Meredith Rutland Bauer Cortesía de Meredith Rutland Bauer

Meredith Rutland Bauer

Área de cobertura anterior: asignaciones generales

Posición actual: escritora freelance de ciencia y tecnología

 

Mientras cubría la devastación del huracán Harvey en Texas, en agosto de 2017, Meredith Rutland Bauer encontró al hijo de una mujer con diabetes tipo 2 cuya casa se había inundado. La mujer no podía salir y el hijo estaba desesperado por encontrarle ayuda. Bauer sabía que su historia dependía de obtener detalles del hijo sobre el estado de la casa y la cantidad de medicamento que le quedaba a su madre. Pero también sabía que la información solo podía provenir de una exploración y una conversación personal, lo que sería difícil en un momento de crisis. La forma en que logró que él finalmente hablara con ella, dice, se redujo a las habilidades que había adquirido como reportera de asignaciones generales.

Antes de dedicarse a la cobertura científica, Bauer trabajó en The Florida Times-Union en Jacksonville, cubriendo todo, desde las reuniones de la junta escolar hasta el tiroteo de un adolescente afroamericano desarmado. También trabajó en las áreas de entrenamiento tradicionales para jóvenes reporteros: obituarios y homenajes.

En particular, escribir obituarios “me dio una muy buena idea de cómo abordar temas que son sensibles y cómo abordar a las personas cuando están bajo estrés”, dice Bauer. “Eso es algo que se aplica para cubrir un crimen a las 3 a.m. o una historia sobre daños al ecosistema”.

Aprendió a ser honesta con las fuentes y no dar falsas esperanzas sobre lo que su artículo podría hacer por ellos, pero aún así explicar por qué sentía que era importante contar su historia. Ella aplicó esa misma táctica para hablar con el hijo de la mujer diabética durante la inundación en Houston. No prometió que su artículo podría ayudar a su madre a obtener más insulina, pero sí le explicó que la historia ayudaría a las personas fuera de Texas a comprender cuán terribles eran las circunstancias para las personas atrapadas durante el huracán Harvey.

Como periodista científica, ese tacto se ha vuelto invaluable para ella. “Ser capaz de cubrir los desastres naturales de una manera empática para difundir esta historia es realmente importante”, dice, “especialmente porque el cambio climático crea una gran cantidad de desastres”.

 

 

Christina Couch
Christina Couch John Tseng, Knotting Hill Photography

Christina Couch

Área de cobertura anterior: negocios / finanzas

Puesto actual: periodista científica freelance

 

Una de las razones por las que a Christina Couch le encanta cubrir tecnología es porque es un campo optimista. A diferencia de muchas noticias que a menudo se centran en lo que va mal, los reporteros de tecnología tienen la oportunidad de realizar crónicas de avances que pueden mejorar la vida de las personas. Pero a veces ese tipo de reporteo puede rozar en ser sobre-optimista, dice.

“Mucho del reporteo sobre tecnología es muy impactante”, dice Couch, al describir la prevalencia de artículos que proclaman soluciones tecnológicas a la pobreza global o al hambre mundial. “Pero comprender las razones muy concretas por las que [tecnologías muy publicitadas] a menudo nunca funcionan es importante para mí”.

Según Couch, su enfoque en esas razones concretas tiene origen en su época como reportera de negocios. Ella pasó más de siete años escribiendo sobre préstamos estudiantiles, finanzas personales y sobre pequeñas empresas antes de cambiarse a la ciencia.

Esa experiencia, en especial la cobertura de la inversiones de capital de riesgo, le enseñó a desarrollar un nivel saludable de escepticismo, dice. Ahora, como reportera científica, no se limita a escribir sobre el plan de cada nueva empresa tecnológica para causar una disrupción en la forma en que vivimos. En su lugar, investiga la inversión de capital de riesgo de la empresa, los proyectos anteriores del fundador y dónde se encuentra el producto en la línea de desarrollo. Sabe preguntar sobre el runway de una empresa (métrica que refleja cuánto tiempo puede sobrevivir si los ingresos y gastos se mantienen constantes) y el burn rate (la tasa a la que una nueva empresa gasta su capital de riesgo antes de generar un flujo de caja positivo) para determinar cuánta confianza tienen los inversores en la puesta en marcha.

“No estoy 100 por ciento segura de que me concentraría en ese tipo de asuntos si no tuviera experiencia en negocios”, dice.

 

 

Donald G. McNeil
Donald McNeil, Jr., bailando con sangomas, o curanderos a base de hierbas, en Sudáfrica, después de una noche discutiendo cómo diagnostican y tratan el SIDA. (2001) Joao Silva

Donald G. McNeil, Jr.

Área de cobertura anterior: corresponsal internacional

Posición actual: reportero de salud global de The New York Times

 

No importa en qué parte del mundo esté reporteando, hay una pregunta que a Donald G. McNeil, Jr. siempre le gusta hacer a sus entrevistados: ¿Qué crees que te enfermó?

Parece sencillo, pero McNeil, un reportero de salud global de The New York Times, dice que ha obtenido algunas respuestas sorprendentes a lo largo de los años. La gente a veces le dice que su vecino los maldijo o que sus ancestros ​​están infelices.

Es una pregunta que McNeil dice que aprendió a hacer de su vida pasada como corresponsal internacional. Viajando a más de 50 países reporteando sobre temas tan variados como la visita del Papa a Sudáfrica o un golpe de estado en Burundi, McNeil aprendió sobre diferentes culturas, patrones de pensamiento y sistemas de creencias. Esto le enseñó que no todo el mundo procesa los acontecimientos de la vida de la misma manera que los estadounidenses, ya sean guerras, elecciones o enfermedades.

“Aprendes a hacer preguntas que no harías de otra manera”, dice. Si estás visitando un país nuevo por primera vez, “puede que no se te ocurra preguntarle a alguien, ‘¿cómo crees que contrajiste esta enfermedad?’”

Los periodistas científicos a menudo asumen que las personas actúan de manera racional, dice McNeil. Pasan una cantidad significativa de tiempo interactuando con investigadores y académicos, por lo que puede ser fácil adoptar una explicación científica para todo. Pero esa no es siempre la historia completa.

“No se puede actuar como si todo el mundo fuera un paciente en Estados Unidos”, dice. “No puedes asumir. Tienes que hacer muchas preguntas e incluirlas en la historia”.

En un viaje a Sudáfrica para reportear sobre el SIDA, por ejemplo, McNeil preguntó a los médicos si sus pacientes preferían los remedios tradicionales. Resultó que uno de los médicos mantenía contacto con una red de curanderos tradicionales. Sabía que sus pacientes —incluso aquellos con educación universitaria— a menudo tras visitarlo a él, acudían donde un curandero. El médico intentaba coordinar sus medicamentos con los remedios de los curanderos, para que las hierbas u otras sustancias que estos sugerían no reaccionaran negativamente con los medicamentos que él estaba recetando.

McNeil dice que nunca habría obtenido esa historia si no hubiera pensado conscientemente en hacer esa pregunta adicional. Ese es su aprendizaje tras años en el campo: “Haz suficientes preguntas para que realmente comprendas a las personas, no solo a la ciencia”.

 

 

Rebecca Boyle
Rebecca Boyle reportea sobre la investigación en astrobiología y astronomía en el desierto de Atacama en Chile. Abby Tabor

Rebecca Boyle

Área de cobertura anterior: Sucesos

Puesto actual: periodista científica freelance

 

Uno de los casos más memorables que Rebecca Boyle cubrió como reportera de sucesos en el Greeley Tribune en Colorado fue un doble homicidio en el que la fiscalía buscaba la pena capital.

No obstante, en un inicio el primer juicio fue anulado, lo que condujo a un proceso extenso para iniciar un segundo juicio. Implicó una serie de mociones, audiencias previas al juicio y procedimientos probatorios. Si bien algunos considerarían aburrido ese complicado proceso legal, Boyle estaba fascinada.

“Para mí, fue muy importante pasar por eso”, dice. “¿Qué significaba para alguien pasar por un juicio por asesinato? Quería entender el proceso”.

Esa perspectiva le ha servido bien como reportera científica. A menudo ve artículos de investigación, en donde presentan los resultados finales de un estudio, pero a Boyle le gusta preguntar cómo llegaron los investigadores a esos resultados. Y se asegura de incluir esos detalles en sus artículos.

“Creo que muchos periodistas no escriben sobre eso, pero se necesitan esos antecedentes para comprender qué significa esa investigación para la carrera de alguien y por qué es tan importante”, dice Boyle.

Escribir sobre el crimen también le ayudó a Boyle a aprender sobre procedimientos científicos. Ella usó la evidencia forense llevada a la corte como un vehículo para aprender sobre técnicas como pruebas de ADN, análisis de huellas dactilares y balística.

“Recuerdo haberme preguntado, ‘¿realmente puedes decir qué bala vino de qué arma en base a estas rayas?’”, dice. “Así que comencé a aprender más sobre eso”.

Le enseñó no solo sobre la ciencia detrás de los delitos, sino también sobre cómo escribir sobre metodologías de una manera accesible para la mayoría de los lectores. Eso a menudo implica usar ejemplos y reconocer qué detalles son extraños, dice ella.

 

 

Ashley Berg
Ashley Berg Cortesía de Ashley Berg

Ashley Berg

Área de cobertura anterior: Moda / Belleza

Puesto actual: periodista médica para Rosemont Media

 

La mayoría de la gente probablemente no crea que la moda está relacionada con la ciencia. Pero Ashley Berg encontró una historia para demostrar que estaban equivocados.

Berg es periodista científica para Rosemont Media, donde crea contenido web sobre procedimientos médicos electivos. Pero sus orígenes están en el periodismo de moda y belleza. Fue ese entrenamiento lo que la ayudó a identificar la historia única en la que está trabajando actualmente: sobre los creadores de patrones que trabajan en la NASA.

En la moda, un patronista dibuja un mapa de cómo reconstruir una prenda. En la NASA, estos empleados crean los escudos de tela que cubren los satélites y los protegen de quemarse al regresar a la atmósfera terrestre.

Berg dice que cuando descubrió que la NASA empleaba patronistas, “fue como un momento eureka”. Se dio cuenta de que pocas personas pensarían en escribir una historia sobre esto, pero dada su experiencia en moda, podía desarrollar una historia y hacer preguntas en las que el periodista científico promedio no pensaría, como discutir los márgenes de costura (material adicional que queda donde los bordes irán juntos y se sellarán) y el forro (material que se usa a menudo como una capa adicional y, en el caso de los satélites, podría ser protector).

La experiencia de Berg como periodista de moda también ha dado forma a su estilo de escritura.

“La moda tiene mucho que ver con el brillo, el glamour y la narrativa”, dice. “Nadie quiere leer un blog sobre tipos de telas. Quieren historias construidas en torno a la moda”.

Lo mismo ocurre cuando escribes sobre medicina, dice Berg. Mientras que algunos de sus colegas escriben de una manera más sencilla, enfatizando los hechos a secas, Berg prefiere un enfoque más literario. “Me gusta crear un poco más de historia”, dice. “Quiero tener más profundidad que simplemente proporcionar los hechos”. Esto la empuja a encontrar narrativas humanas para ilustrar los procedimientos médicos que está explicando.

 

 

Seth Mnookin
Seth Mnookin como nuevo reportero en The Palm Beach Post en 1998. Bob Shanley

Seth Mnookin

Área de cobertura anterior: Política y medios

Cargo actual: periodista freelance, autor y codirector del programa de posgrado en escritura científica del MIT

 

Una cosa que la política y la ciencia tienen en común, dice Seth Mnookin, es que nadie se pone de acuerdo. Eso significa que los reporteros a menudo se quedan tratando de descubrir cuál es la verdad o qué punto de vista tiene la mayor evidencia de su lado.

En la actualidad, Mnookin es reportero científico y autor de libros, pero durante la campaña presidencial de 2000 estuvo cubriendo los medios de comunicación y, en particular, el ámbito de la reportería política para la ahora desaparecida revista Brill’s Content. La experiencia le enseñó a descifrar qué información vale la pena reportear cuando hay desacuerdo.

“Entonces, algo crucial fue encontrar personas en las que pudiera confiar”, dice. “Personas a las que podría llamar incluso si no estuvieran directamente relacionadas con la historia y decir: ‘Estoy escuchando esto. ¿Te suena loco?’”

Es una táctica que ahora usa todo el tiempo al escribir sobre ciencia,  llamando a los investigadores en un campo para preguntar sobre un estudio o evaluar si un nuevo tratamiento está a la altura de sus promesas.

También ha aprendido a no asumir nunca nada. En la campaña electoral, Mnookin era un reportero político novato rodeado de periodistas que habían estado cubriendo política durante años.

“Hablaban de los jefes de campaña de hace cinco elecciones”, recuerda. “Sentía que no tenía idea de lo que estaba pasando”.

Al principio, estaba cohibido por su inexperiencia, pero eventualmente se dio cuenta de que podía usarlo en su beneficio. “No sabía lo suficiente para saber las preguntas que se suponía que debía sentirme demasiado tonto para hacer”, dice. “Y al hacer esas preguntas, a menudo obtenía las respuestas más reveladoras”.

Es algo que se ha convertido en un mantra para él desde entonces. En el MIT, enseña a sus estudiantes a no dejarse intimidar por los científicos, sino a hacer las preguntas que puedan tener sus lectores. A veces, Mnookin incluso hace una pregunta para la que conoce la respuesta, simplemente porque la forma en que los científicos responden puede revelar algo sobre cómo piensan o exponer algo nuevo sobre el tema.

“Descubrí que es muy fácil sentirse tonto cuando hablo con un científico”, dice. “Pero para mí, ha sido muy importante aprovechar eso”.

 

Aneri Pattani
Aneri Pattani Conner Jay/AAJA

Aneri Pattani es corresponsal nacional de Kaiser Health News, donde a menudo escribe sobre salud mental y uso de sustancias. Anteriormente fue reportera en The Philadelphia Inquirer y Spotlight PA, donde reporteó sobre política de opioides y salud mental. En el 2019 recibió la Beca Rosalynn Carter para Periodismo de Salud Mental. Síguela en Twitter @aneripattani.

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