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Consejos para periodistas: Cómo cubrir el tema de las vacunas contra COVID-19

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Desde diciembre, el ciclo de noticias sobre la pandemia ha girado en torno a una sola cosa: las vacunas. Todos quieren saber cuántas dosis disponibles hay, cómo se distribuirán y —lo más importante— cuándo será su turno para vacunarse.

Como dice el reportero de Bloomberg, Drew Armstrong: “Todos en el país han estado viendo este mismo programa de televisión durante el último año”. Nuestra audiencia conoce a todos los personajes principales, pero todavía está fascinada con cada nuevo giro de la trama. Este interés continuo nos permite a los periodistas científicos ser específicos en nuestra cobertura de la distribución de la vacuna, pero aún debemos recordar constantemente a los lectores los conceptos básicos, como por qué los expertos en salud pública consideran que las vacunas son seguras y qué efectos secundarios pueden esperar los pacientes.

Aquí hay algunos consejos para tener en cuenta y recursos para guardar y tener a mano, tanto para los periodistas científicos veteranos como para aquellos que recién se están metiendo en el mundo de las vacunas.

    • Dedica tiempo a leer noticias sobre vacunas y nuevos acontecimientos científicos. André Biernath, periodista científico de BBC Brasil, pasa de una a dos horas al día leyendo y aprendiendo sobre vacunas. Revisa lo que señalan los rastreadores de vacunas de sitios web como Biorender y la Regulatory Affairs Professionals Society; y lee artículos nuevos en JAMA, The Lancet y otras publicaciones de gran prestigio, además de consultar comunicados de prensa oficiales de los gobiernos federal y estatal de Brasil. Sarah Zhang, de The Atlantic, recomienda leer publicaciones especializadas, como STAT y Chemical & Engineering News. Muchos periodistas también usan Twitter para mantenerse al día con los avances científicos y los comentarios (más sobre eso en la sección de recursos a continuación).
    • Pon tus números en contexto.Cuando estás explicando los resultados de un ensayo de una vacuna o argumentando sobre números en torno a la administración de dosis, elije tus cifras con cuidado y compáralas con algo que el lector pueda comprender. La mejor comparación suele ser humana: ¿Qué significa el número para una persona individual y su comunidad? Un ejemplo que ofrece la periodista freelance Maryn McKenna: si estás diciendo que Operation Warp Speed ​​(el programa de vacunación del gobierno de EE. UU.) ha asegurado 185 millones de dosis de vacunas, recuerda a los lectores que hay alrededor de 255 millones de adultos mayores de 18 años en los EE. UU., y que las vacunas actuales en el mercado requieren de dos dosis cada una. Priscila Pacheco, reportera de Aos Fatos, con sede en São Paulo, y Nicholas St. Fleur, de STAT,también sugieren que le pidas a los expertos que te expliquen las cifras, para luego utilizar eso como contexto adicional.
    • Asóciate con diseñadores gráficos para mostrar cómo funcionan las vacunas. Por mucho que un periodista científico se esfuerce por explicar un número, una infografía puede ser mucho más instructiva —especialmente para los lectores que prefieren una opción de aprendizaje visual—. En Brasil, cuando las autoridades aparentemente se contradijeron al anunciar que la vacuna Sinovac tenía una tasa de eficacia del 50,4% (después de promocionar cifras más altas), Biernath trabajó con diseñadores de BBC Brasil para crear gráficos que explicaran con precisión cómo funciona esta vacuna y qué significa ese valor del 50,4% para los lectores.
    • Sé específico sobre la inmunidad. Un desafío a la hora de explicar cómo funcionan las vacunas, dice Zhang, es transmitir los diferentes niveles de inmunidad que brindan. “Biológicamente, la inmunidad no es todo o nada”, dice. Explica a tus lectores lo que significa estar protegido de los síntomas, de la infección, de la transmisión, de una enfermedad leve versus una grave, de una variante más que de otra. Este artículo de Helen Branswell, de STAT, hace un buen trabajo al explicar las distinciones y delinear las preguntas que los científicos harán sobre las vacunas contra COVID-19 en los próximos meses.
    • Pon las vacunas contra COVID-19 en el contexto de otras. “Antes de pensar en la vacuna específica para COVID-19, observa el desempeño de [otras vacunas] en todo el mundo”, dice Pacheco. Si bien algunas vacunas contra COVID-19, particularmente aquellas que usan ARNm, pueden parecer nuevas y emocionantes para los lectores, se basan en décadas de investigación; explicar esta historia y cómo funcionan las vacunas en general puede ayudar a los lectores a comprender nuestra situación actual. Zhang recomienda estas dos historias de Chemical & Engineering News, que “hacen un trabajo espectacular al relatar los altibajos de las nuevas tecnologías de vacunas que estamos viendo”.
    • Si estás creando un tablero o dashboard de vacunas contra la COVID, habla con las personas detrás de los números. Drew Armstrong, editor sénior de atención médica y responsable del rastreador de vacunas de Bloomberg, recomienda “tener muchas conversaciones” antes de publicar un recuento continuo de las estadísticas de las “Los datos no siempre significan lo que parecen significar”, dice. Su equipo habló con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC) y las autoridades en distintos estados para asegurarse de que estuvieran en la misma página sobre definiciones y metodologías. Armstrong también habló con el personal del COVID Tracking Project, sobre quienes escribió en este artículo de noviembre, para que Bloomberg pudiera construir sobre el conocimiento existente sobre el mantenimiento de conjuntos de datos nacionales sobre COVID-19.
    • Considera la logística. “La vacunación sigue siendo una historia de salud y una historia de ciencia, pero también es una historia de logística y una historia de ingeniería”, dice McKenna. Una vez que una vacuna completa las pruebas clínicas y obtiene la autorización de uso de emergencia, su éxito recae menos en los médicos y más en los directores de informática y los políticos locales. ¿Quién gestiona el sistema de reserva de citas? ¿Quién instala el sitio de vacunación masiva en una iglesia local? ¿Quién convence a la gente de que vaya a ese lugar de vacunación? ¿Quién lleva a las personas mayores a sus citas? ¿Quién decide cómo distribuir las dosis sobrantes al final del día? Todas estas partes interesadas son tus fuentes, tan importantes para la historia de la vacunación como un director de hospital o un epidemiólogo.
    • Asigna responsabilidades con precisión. Dado que todo el mundo está siguiendo de cerca la distribución de las vacunas, dice Armstrong, los periodistas pueden “asumir que existe un profundo interés en problemas reales y específicos”. En otras palabras: profundiza en los detalles. Cuando hables con un político o un funcionario de salud pública de tu región, dile exactamente qué es lo que te falta por conocer y exíjele que te dé respuestas específicas. Este tipo de reporteo puede permitir a los periodistas identificar problemas de raíz en lugar de, por ejemplo, permitir que el gobernador de Nueva York y el alcalde de la ciudad de Nueva York se culpen mutuamente cuando se agoten las dosis en la ciudad. “Por ejemplo, un hospital desecha las dosis vencidas”, dice Zhang. “El actor inmediato aquí es el hospital, pero la raíz del problema podría ser que el gobierno estatal no haya dado a los hospitales la capacidad de tener flexibilidad más allá de los grupos prioritarios”.
    • Familiarízate con el lenguaje de los anti Tara Haelle, experta en ciencia e historia de las vacunas, recomienda que los periodistas lean artículos de revisión sobre el movimiento antivacunas para aprender sobre el lenguaje de esa comunidad. Una declaración aparentemente inocua como, “no estoy en contra de las vacunas, solo estoy a favor de la seguridad”, dice, puede indicar desconfianza de las vacunas para aquellos que ya están indecisos. Haelle elabora este consejo —y proporciona un ejemplo de cómo un periodista bien intencionado puede sembrar dudas— en una publicación en el blog de la Association of Health Care Journalists.

    • Recuerda que cierta desconfianza en las vacunas es razonable. Fleur y McKenna señalan que algunos grupos que han sido más afectados por la COVID-19, como las minorías raciales y las comunidades de bajos ingresos, también puede que hayan tenido malas experiencias con el sistema de salud de EE. UU. —en muchos casos, malas experiencias que se dieron durante la propia pandemia—. “Si vas a mostrar las estadísticas [sobre la indecisión], asegúrate de que tu próxima oración muestre la historia”, dice St. Fleur. Esta historia incluye el estudio de sífilis Tuskegee, citado con frecuencia, sí, pero también incluye las vidas de personas en los EE. UU. que no han podido acceder a las pruebas y el tratamiento que necesitaban en el último año debido al racismo que aún es sistémico en el sistema de atención médica. Pon este contexto en tu reporteo y deja en claro que este tipo de dudas es razonable. Tal reconocimiento puede crear un espacio en el que la desconfianza se pueda abordar con honestidad.
    • Sé sincero sobre los efectos secundarios. Los datos han demostrado que tanto las vacunas de Pfizer como las de Moderna tienen algunos efectos secundarios esperados, como dolor en el lugar de la inyección y fiebre leve, especialmente después de la segunda dosis. Debemos ser honestos acerca de estos efectos, dice McKenna: primero, para que los pacientes puedan estar preparados para la experiencia, y segundo, porque, “si decimos la verdad de antemano sobre algo que debería ser relativamente menor, podemos quitarle poder para que se convierta en algo más grande”.
    • No sensacionalices los eventos adversos raros. Si bien algunos efectos secundarios leves son bastante comunes para las vacunas contra COVID-19, los efectos secundarios más graves no lo son. Los CDC reportan cerca de dos casos de anafilaxia por un millón de dosis administradas de la vacuna Moderna y seis casos por un millón de dosis de Pfizer. Al educar a los lectores sobre estas reacciones adversas, no seassensacionalista, especialmente en tus titulares o publicaciones en las redes sociales. Varios de los periodistas que entrevisté criticaron la cobertura de las muertes de pacientes ancianos noruegos que ocurrieron después de las vacunas, pero que no fueron necesariamente resultado de las vacunas. Periodistas: siempre que sea posible, pidan ver el titular de su artículo antes de que se publique y trabajen con sus editores para asegurarse de que refleje el matiz apropiado.
    • Asegúrate de tener la fuente correcta para tu historia. Aunque muchos de nosotros trabajamos con fechas de entrega y no podemos consultar diez fuentes para una sola pieza, es importante que te asegures de que tu fuente pueda proporcionar un contexto correcto y preciso. “Si estás escribiendo sobre la vacuna contra COVID-19”, dice Haelle, “no encuentres un experto en la vacuna contra el sarampión”. Incluso si no puedes encontrar un experto específicamente de COVID-19, busca a alguien que pueda hablarte sobre virus similares, como otros coronavirus o influenza. Pacheco agrega que la diversidad de conocimientos es clave: “Habla con expertos que tienen diferentes habilidades, para que comprendas la complejidad del tema”, para que puedas reunir todo lo que el lector necesita para tener una idea clara.
    • Destaca los problemas actuales. Muchos de los problemas que plagaron otros aspectos de la respuesta contra COVID-19 de EE. UU. — la falta de fondos para los departamentos de salud pública, la polarización política, la recolección irregular de datos— ahora están plagando la distribución de la vacuna en el país. Si no se realizan algunos cambios importantes, la distribución de vacunas para el público en general a finales de 2021 será incluso peor que el esfuerzo actual para inocular a las poblaciones vulnerables. “Debemos asegurarnos de que nuestro reporteo muestre lo que va mal en este momento”, dice St. Fleur, “para que cuando ocurra la distribución más grande, esos errores se corrijan”. St. Fleur recomienda usar las redes sociales para cultivar redes de fuentes que incluyan a ciudadanos comunes que solo intentan vacunarse, además de expertos. Fuentes encontradas en Twitter impulsaron su reporteo para una historia reciente de STAT que echa un vistazo al desafío que es navegar por los sitios web de salud pública.
    • Mantén la calma y mantén tu trabajo en perspectiva. Así como la vacunación —y la pandemia de COVID-19 en general— es un tema profundamente personal para muchos lectores, es un tema personal para muchos periodistas. Pero como comunicadores del conocimiento científico y de la salud, debemos recordar el propósito más amplio de nuestro trabajo. No podemos permitir que nuestras propias emociones impulsen nuestro reporteo. “Los hechos pueden ser lo suficientemente atemorizantes y dramáticos —no es necesario añadir más—”, dice Armstrong. Biernath hace eco de ese sentimiento: “Respira profundamente, antes de escribir algo que podría tener un gran impacto en la salud pública”.
Los CDC de los EE. UU. reporta datos de la vacunación contra COVID-19 que ocurre en todo el país, actualizando los números diariamente. Al 14 de febrero, los estados que han vacunado a la mayor parte de su población son Alaska (25.000 por 100.000 personas) y Virginia Occidental (22.000 por 100.000 personas).

 


Más recursos a la hora de cubrir las vacunas contra COVID-19

    • Rastreador de vacunación de los CDC: este panel, administrado por los CDC, es la fuente más autorizada de datos de vacunación en los EE. UU. El rastreador se publicó a fines de diciembre; después de algunas semanas de actualizaciones algo esporádicas, ahora se actualiza diariamente con recuentos de distribución y administración de vacunas para cada estado y territorio de EE. UU. (Sin embargo, estos datos tienden a estar retrasados en las administraciones reales de vacunas por un par de días).
    • Rastreador de vacunas contra COVID-19 de Bloomberg: si bien muchas organizaciones de noticias e instituciones de investigación ahora proporcionan tableros de vacunas, el de Bloomberg puede que sea el más completo. El rastreador reporta una variedad de métricas de administración de vacunas para tantopaíses, como para estados de EE. UU., junto con series de tiempo que se remontan al 18 de diciembre. El rastreador también incluye información sobre las etapas de desarrollo de la vacuna y los contratos. Se actualiza a diario por un gran equipo de reporteros, incluido Drew Armstrong (citado anteriormente), quien también inició un blog en vivo para actualizaciones de metodología y análisis.
    • Anotaciones de datos de vacunación por el COVID-19 Data Dispatch: para mi publicación, un boletín semanal y un sitio de recursos sobre datos de la pandemia, estoy manteniendo un conjunto de anotaciones sobre fuentes de datos de vacunas. Las anotaciones incluyen fuentes para todo Estados Unidos y estados individuales. Para cada fuente, reporto las métricas que están disponibles, actualizo horarios, datos demográficos y más. Actualizo estas anotaciones todas las semanas.
    • Rastreador de vacunas contra COVID-19 de Our World in Data: el repositorio de código abierto Our World in Data ha sido una fuente confiable de datos mundiales sobre la pandemia desde el invierno pasado, principalmente compilando cifras de agencias nacionales de salud pública y otras fuentes públicas. Al 28 de enero, este conjunto de datos incluye cifras de vacunación para más de 20 países con series de tiempo que se remontan al 16 de diciembre. Puedes descargar el conjunto de datos completo y leer la información de la metodología en GitHub.
    • Rastreador de vacunas y terapias para COVID-19 de Biorender: André Biernath recomienda este panel de Biorender (un programa para hacer figuras científicas), que rastrea el desarrollo de nuevas vacunas y medicamentos terapéuticos contra COVID-19. El rastreador incluye recuentos de primera línea de cuántos productos hay en ensayos clínicos en humanos, una actualización en vivo de actualizaciones recientes e información detallada sobre cada vacuna y fármaco candidato.
    • Acceso a datos étnicos y raciales en torno a la vacunación contra COVID-19 del COVID Tracking Project: El COVID Tracking Project en The Atlantic (para el cual soy voluntaria) no está rastreando vacunas, pero varios de mis colegas allí han compilado una anotación detallada sobre datos demográficos estatales. Las anotaciones se centran en la raza y el origen étnico, un área crucial de la recopilación de datos, ya que muchos líderes se comprometen a abordar las disparidades de la pandemia priorizando la vacunación para las comunidades más afectadas. Más estados han comenzado a reportar estos datos desde que Alice Goldfarb y Kara Schechtman publicaron este artículo (el 15 de enero), pero los datos hasta ahora muestran que las vacunas continúan perpetuando las disparidades, sin abordarlas.
    • Contactos de los CDC para los registros de inmunización de IIS: una de las razones por las que los datos de vacunación en los EE. UU. están tan dispersos es que, históricamente, cada estado ha tenido su propio sistema de información de inmunización (o IIS) con poca coordinación federal. Estos sistemas son esencialmente bases de datos anónimas que realizan un seguimiento de todas las dosis de vacunas administradas en un área en particular (principalmente estados, pero también algunas ciudades más grandes como Nueva York y Filadelfia). Periodistas locales: busquen a los expertos en informática que se encuentran detrás del IIS de su área, si aún no lo han
    • Monitor KFF de Vacunas contra COVID-19: este tablero de la Kaiser Family Foundation proporciona datos de una encuesta continua para rastrear cómo los estadounidenses responden a las vacunas contra COVID-19. Puedes encontrar información reciente sobre las dudas sobre utilizar vacunas (y las motivaciones de esta indecisión) en una variedad de poblaciones demográficas, así como datos sobre cómo los estadounidenses respondieron a preguntas más específicas como, “¿siente que tiene suficiente información sobre cuándo y dónde recibir una vacuna COVID-19?”
    • Poblaciones estatales prioritarias de vacunas contra COVID-19 de KFF: los investigadores de KFF han compilado una base de datos que incluye grupos de prioridad de vacunas de fase 1A, 1B y 1C para cada estado. La base de datos se puede filtrar por estado o por fase y se actualiza periódicamente.
    • El manual de comunicación de la vacuna contra COVID-19: SciBeh, un grupo de científicos y voluntarios comprometidos con repensar la gestión del conocimiento en situaciones de crisis, ha elaborado una guía para hablar sobre las vacunas contra COVID-19. La guía incluye resúmenes (y enlaces a páginas más detalladas) sobre cómo funcionan las vacunas contra COVID-19, diferentes estrategias para hablar con personas que podrían tener dudas y protegerse contra la información errónea.
    • Herramientas de educación sobre vacunas de la National Association of Broadcasters: Este manual está dirigido a periodistas de radio y televisión, pero es gratis para cualquier persona. El conjunto de herramientas incluye información de las encuestas de la NAB, material multimedia que los periodistas pueden usar en su cobertura, una base de datos de expertos que están disponibles para entrevistas y mucho más.
    • Preguntas frecuentes sobre la vacuna contra COVID-19 del New England Journal of Medicine: Otra fuente útil de citas de expertos e información confiable es el New England Journal of Medicine, una de las revistas médicas más respetadas del mundo. Además de las publicaciones periódicas sobre las vacunas contra COVID-19, el sitio web de la revista alberga una sesión de preguntas y respuestas con Paul Sax,profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, sobre la ciencia detrás de estas vacunas y sus impactos actuales para diferentes pacientes potenciales.
    • SciLine: si eres un reportero de COVID-19 que aún no ha oído hablar de SciLine, ahora es el momento perfecto para familiarizarte con sus servicios. Dirigido por la American Association for the Advancement of Science, SciLine conecta a periodistas con expertos científicos que pueden proporcionar contexto para sus historias. Durante la pandemia, SciLine también ha organizado seminarios web sobre COVID-19 con regularidad y ha recopilado citas de expertos, que los periodistas pueden utilizar en sus artículos.
    • Herramientas de Voices for Vaccines: Tara Haelle recomienda Voices for Vaccines, una organización de padres activistas, como un recurso útil para aprender sobre la vacunación de manera más amplia, más allá de las preguntas específicas de COVID-19. Las herramientas de la organización incluyen manuales sobre cómo evitar el falso equilibrio, discutir la inmunidad de rebaño y otros temas.
    • Blog de la Association of Health Care Journalists (AHCJ): el blog de la asociación publica actualizaciones periódicas sobre recursos y consejos para los escritores que cubren COVID-19. Haelle ha escrito varias entregas específicamente sobre la cobertura de vacunas.
    • Seminario web y recursos del Centro Knight para el Periodismo en las Américas: El Centro Knight, en la Universidad de Texas en Austin, realizó un seminario web multilingüe sobre la cobertura de las vacunas contra COVID-19 a principios de febrero. El Centro ha hecho disponibles las grabaciones de este evento en inglés, español, portugués, francés y árabe. Visita el sitio web del Centro Knight para obtener más recursos multilingües para periodistas sobre COVID-19, desinformación y temas relacionados, así como para inscribirte en un curso abierto en línea sobre vacunas contra COVID-19 impartido por Maryn McKenna.
    • Listas de Twitter: muchos periodistas utilizan Twitter para mantenerse al tanto de los avances científicos y las conversaciones; la función de “Listas” de la plataforma puede ayudarte a seguir a muchos expertos reconocidos en un solo lugar. Las listas de Twitter recomendadas por los periodistas entrevistados para este artículo (y por mí) incluyen la lista de “Outbrakes” de Maryn McKenna, la lista de “Epidemic Science & Health” de Josh Marshall, la lista de “COVID” de Jeff Jarvis, la lista de “Coronaviorus Experts” de Ellie Murray, y la lista de “Health Departments” de Rebecca Glassman. Nicholas St. Fleur también recomienda utilizar la función de“Marcadores” de la plataforma para realizar un seguimiento de la inspiración para futuras historias y posibles fuentes para mandarles un mensaje directo como una forma informal de iniciar conversaciones.

 

Betsy Ladyzhets
Betsy Ladyzhets Courtesy of Betsy Ladyzhets

Betsy Ladyzhets es una periodista de datos y de temas científicos que vive en Brooklyn, Nueva York. Dirige COVID-19 Data Dispatch, una publicación independiente que proporciona noticias y recursos sobre el seguimiento de la pandemia. También es investigadora asociada en Stacker, voluntaria del COVID Tracking Project y miembro de la National Association of Science Writers. Síguela en Twitter como @betsyladyzhets.

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