En primera persona: cuándo y cómo incluirte a ti mismo en tu historia

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Illustration of an abstract staircase with numerous multicolored doors, one of which is open and a figure stands inside.
Eoneren/iStock

 

En agosto de 2020, Nicholas St. Fleur, periodista científico de STAT, se sorprendió al saber que el actor Chadwick Boseman había fallecido a los 43 años de cáncer colorrectal, una enfermedad que tiene una alta prevalencia entre los hombres negros. La noticia golpeó especialmente a St. Fleur —no solo Boseman exudaba buena forma física (“¡Esa es la Pantera Negra!”, dice), sino que, como un joven negro cuya madre había luchado contra la enfermedad, St. Fleur sabía que corría un alto riesgo—.

Él quería publicar un artículo que transmitiera la gravedad del riesgo para la salud y que al mismo tiempo abordara el estigma en torno a la enfermedad. Junto con su historia reporteada, decidió incluir un video que documenta su propia experiencia con la colonoscopía. “Me daba un poco de miedo”, recuerda St. Fleur, pero él sintió que su historia personal podría darle autenticidad a su reportaje.

Los reporteros científicos a menudo cubren temas que les resultan familiares. Pueden encontrarse en el ojo de la acción o con experiencias personales relacionadas con sus historias. Y una perspectiva en primera persona puede ser una herramienta poderosa para hacer que las historias científicas sean más atractivas o cercanas, o para generar un mayor impacto emocional. El “yo” indica que el autor emerge de detrás de la cortina para compartir algo especial.

Pero no todos los artículos se benefician de un toque personal, especialmente si convertir al escritor científico en un personaje distrae la atención de los puntos principales de la historia. Y divulgar públicamente experiencias personales requiere vulnerabilidad y apertura para compartir información privada que puede ser incómoda o incluso riesgosa. Sin embargo, dar rienda suelta a tu perspectiva personal sobre la página puede funcionar bien si sabes cuándo hacerlo.

 

¿Cuándo ir a lo personal?

A pesar de todas sus fascinaciones, la ciencia a veces puede percibirse como fría e impersonal. Una forma comprobada de remediar esa percepción es enmarcar las historias en torno a un personaje convincente cuyas preguntas, problemas o triunfos podrían ayudar a atraer a los lectores, dice Megan Molteni, periodista científica de STAT. “Si eres ese personaje, puedes hacerlo a través de una lente personal”, agrega.

Para hacerlo bien, es importante que los periodistas se pregunten: “¿Quién soy yo para esta historia?” dice la periodista Elizabeth Weil, escritora de New York Magazine que reside en San Francisco. Si decides insertar tus experiencias personales, debes tener una comprensión clara de su propósito y lugar en la historia.

Una buena razón para abordar una historia desde una perspectiva en primera persona es cuando tienes una experiencia profesional valiosa y relevante. Cuando la película Don’t Look Up (No miren arriba) estaba inundando las noticias a principios de 2022, la escritora científica del Reino Unido Eva Amsen comenzó a escribir un artículo sencillo en tercera persona sobre cómo los científicos y los comunicadores científicos estaban representados en la película. Pero mientras escribía, se dio cuenta de que sus más de 15 años de experiencia profesional eran relevantes para el tema. Ella aprovechó esa experiencia para darle mayor autoridad a su artículo.

En otros casos, como en el caso de St. Fleur, las experiencias de vida de un periodista pueden brindar una visión única de un tema. En diciembre de 2021, el escritor de The Atlantic, Ed Yong, publicó un relato de su decisión de cancelar su fiesta de cumpleaños número 40 a la luz del aumento continuo de COVID-19, entrelazando su perspectiva personal con el conocimiento de su extensa labor de reporteo sobre la pandemia. El dilema de Yong pudo haber resonado entre los lectores que también enfrentaron elecciones similares en la era de la pandemia.

Una de las razones más poderosas por las que los reporteros eligen convertirse en personajes de sus propias historias es porque hacerlo les permite servir como un representante para los lectores.

Molteni, que entonces trabajaba para Wired, se encontró por casualidad en medio de una historia en desarrollo cuando se quedó atrapada en Argentina mientras estaba de vacaciones a mediados de marzo de 2020, justo cuando la COVID-19 provocó el cierre del país. Una vez que regresó de forma segura a los Estados Unidos, sus editores expresaron interés en cubrir intervenciones pandémicas en el extranjero. Como testigo de los acontecimientos que se desarrollaban, usó su experiencia navegando por las cuarentenas y las prohibiciones de viaje en América del Sur para resaltar el impacto humano de los nuevos cambios de políticas en países extranjeros en respuesta al empeoramiento de la crisis mundial.

Una de las razones más poderosas por las que los reporteros eligen convertirse en personajes de sus propias historias es porque hacerlo les permite servir como un representante para los lectores, quienes pueden experimentar los eventos de la historia junto con el reportero. Como escritora sénior de tecnología en Wired, Lauren Goode está acostumbrada a insertarse en sus artículos, compartiendo sus opiniones personales en reseñas tecnológicas de nuevos productos y servicios.

Pero un reportaje de 2021 sobre cómo las aplicaciones web mantuvieron vivos los recuerdos de su boda cancelada fue su primera incursión en incluir su vida personal junto con el reporteo riguroso. Cuando propuso la idea, los editores de Goode la alentaron a desarrollar la historia para los lectores que podrían sentirse similarmente perturbados al encontrar sus huellas digitales persistiendo en internet. A través de su descripción de la historia y el desarrollo de sitios web y aplicaciones que preservan los recuerdos y eventos que marcan “hitos”, los lectores de Goode descubrieron junto a ella cómo los hábitos de navegación de una persona pueden seguirle el rastro durante meses o años.

 

Cómo pegar con fuerza

Cuando estás buscando aumentar el impacto emocional de una historia, una perspectiva en primera persona puede proporcionar detalles con textura y una reflexión personal para que tus lectores se sumerjan más en la narrativa. Por ejemplo, el calentamiento global es un problema complejo y de tan largo plazo que puede ser difícil mantener a los lectores interesados ​​si se sienten desconectados de una historia o creen que han leído algo similar antes. En 2020, Sammy Roth, quien cubre energía y clima para Los Angeles Times, escribió un artículo conmovedor sobre cómo hacer frente a la “desesperanza climática” que resonó fuertemente entre los lectores. (Desde entonces, ha pedido a otros reporteros que expresen sus propios puntos de vista sobre la emergencia climática y la necesidad de una acción climática).

A veces, la elección de adoptar una voz en primera persona no es obvia. Mientras enfrentaba los efectos de los incendios forestales de California y escribía sobre ellos para The New York Times Magazine en 2022, Weil no inyectó sus propios sentimientos en su borrador inicial. Pero sin una voz en primera persona que capturara sus pensamientos sobre su amado estado natal, la historia no parecía un reflejo auténtico de un tema que es personalmente significativo para ella. “No estaba ventilando toda mi verdad”, dice Weil. “No estaba ayudando a la historia en absoluto”. Después de consultar con su colaborador y editores, inició el artículo con una larga entrada en primera persona que destacaba su conexión emocional con California, haciendo que el impacto del cambio climático y los incendios forestales fuera aún más llamativo.

En algunos casos, los detalles personales pueden parecer discordantes, innecesarios o distractores.

La escritura científica combinada con elementos autobiográficos también permite a los escritores reflexionar sobre los impactos personales y sociales de los avances científicos, como descubrió Agustín Bernardo Ávila Casanueva, comunicador científico del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuando le pidieron contribuir con una historia al número especial sobre identidad de la revista mexicana Gatopardo en 2021. Después de decidir escribir sobre las implicaciones de las pruebas de ADN para individuos, se dio cuenta de que los hallazgos que surgían de su propia prueba de ascendencia encajarían bien en la historia. Era la primera vez que Ávila Casanueva escribía sobre sí mismo y se sentía nervioso de hacerlo. Pero descubrió que escribir el artículo le ofrecía la oportunidad de procesar lo que había descubierto sobre su herencia genética y su predisposición a ciertas afecciones médicas, además de reconocer más plenamente que el código genético de una persona no abarca toda su identidad.

 

Cuándo no insertarse

Elegir cuándo incluirte en tu historia científica es tan importante como identificar cuándo tu experiencia es inapropiada o innecesaria.

Primero, debes reconocer tus propios sesgos, como lo harías con cualquier fuente. ¿Puedes integrar tus experiencias con las de otras personas y comunidades relevantes para la historia? Considera tu historia en “el contexto más amplio de lo que está sucediendo en tu comunidad o… en este momento”, dice Goode, “porque es posible publicar una [historia] personal y que resulte fuera de lugar”.

Mientras escribía sobre su experiencia en Argentina, Molteni enfrentó el desafío de reconciliar su historia personal con las muchas historias que se desarrollaban en todo el mundo debido a los efectos de largo alcance de la pandemia. En última instancia, confió en su conjunto de habilidades del periodismo científico para navegar por el difícil equilibrio de enmarcar una historia científica global con su propia experiencia —entrevistando a expertos en salud pública e incluyendo datos de EE. UU. y Argentina junto con material de fuentes externas para un contexto adicional—.

En algunos casos, los detalles personales pueden parecer discordantes, innecesarios o distractores. St. Fleur dice que dudaría en escribir sobre sus experiencias personales en una historia que no se relacione directamente con él, por ejemplo, en un artículo sobre exámenes de próstata para hombres negros mayores. En tal caso, St. Fleur dice: “Realmente me gustaría pensar, ¿estoy agregando algo a esto?”

Un artículo noticioso sencillo y directo puede no beneficiarse de un detalle o perspectiva personal, señala Amsen. Y el uso excesivo de la narración en primera persona en la redacción científica corre el riesgo de perder la atención de los lectores si su objetivo principal es aprender sobre ciencia, advierte Alvin Powell, profesor de periodismo en la Escuela de Extensión de la Universidad de Harvard y periodista científico para la Harvard Gazette.

 

Crear una historia coherente

La integración exitosa de una narración en primera persona en una historia requiere prestar atención a los principios básicos de un reportaje sólido que son esenciales para establecer la credibilidad con los lectores, señala Powell. Eso incluye principios como precisión, claridad, equilibrio y transparencia sobre sus perspectivas y sesgos.

Mientras redactaba su artículo sobre los confinamientos, Molteni verificó su experiencia de cuarentena en Argentina con su pareja, comparando sus recuerdos con las cronologías globales de infecciones y políticas. Ella cree firmemente que generar confianza con sus lectores implica ser “implacable al interrogar… tu propia experiencia con el mismo tipo de rigurosidad con la que interrogas a la ciencia”.

Para su libro Heartbreak de 2022, Florence Williams verificó minuciosamente los detalles de su matrimonio disuelto con su propia familia, y entregó borradores a su exmarido e hijos para recibir comentarios y también sus perspectivas.

Establecer una cronología clara de tu historia personal también ayuda a organizar y escribir tu artículo. Goode recuerda que cuando se preparaba para hacer la crónica de las migas de pan tecnológicas de su boda cancelada, su exeditor de Wired, Nick Thompson, le dijo que las narraciones deberían tener “un río [que] solo fluye en una dirección”. Las líneas de tiempo claras pueden ayudar a los lectores a seguir varios hilos de la historia, incluidos reporteo científico y detalles narrativos de la vida del escritor. Con ese consejo en mente, Goode estructuró su ensayo en torno a hitos en su carrera y relación que coincidieron con eventos en el mundo de la tecnología, como el desarrollo de herramientas y aplicaciones que rastrean las actividades en línea de las personas.

Lograr un equilibrio exitoso entre material científico y personal requiere una evaluación crítica de qué información es necesaria para lograr el propósito de tu escritura.

También es importante tener en cuenta el equilibrio general entre el reportaje científico y la narrativa personal. Al escribir sobre su divorcio, dice Williams, tenía que ser consciente de cómo organizaba su material para que su historia personal no sobrepasara los datos y la ciencia que sustentan su libro. “Quería que cualquier elemento personal que pusiera ahí…  hablara con la ciencia”, dice. Asimismo, agrega, “quería que la ciencia pudiera hablar de mi historia [personal]”.

Lograr un equilibrio exitoso entre material científico y personal requiere una evaluación crítica de qué información es necesaria para lograr el propósito de tu escritura. Tu editor puede ser una valiosa caja de resonancia externa para ayudar a identificar cuándo y cómo los elementos personales pueden respaldar una narrativa. La periodista independiente Wudan Yan, quien en 2018 describió su decisión de no tener hijos en un artículo de OneZero sobre el Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria, dice que ve a los editores como forasteros objetivos que pueden brindar contexto para equilibrar lo personal con lo informado para lograr la “cantidad perfecta de información”.

Al abusar de la voz en primera persona, los escritores también pueden correr el riesgo de compartir demasiada información sobre sí mismos. En el extremo más inofensivo del espectro, compartir demasiado de forma innecesaria puede ser simplemente molesto para los lectores —similar, como dice Goode, a las personas que documentan cada detalle tedioso de su vida diaria en las redes sociales—. Para evitar escribir un “ensayo personal para mirarse el ombligo” que podría fracasar con los lectores, ella tomó una visión amplia de cómo los algoritmos de la industria se adhieren a los hábitos digitales de los consumidores, usando su propia boda como solo un ejemplo en una pieza que también incluía numerosas tecnologías y expertos en la industria de las redes sociales.

Más allá de la posibilidad de un sentir un poco de vergüenza o de socavar los objetivos principales de una historia, compartir información personal también puede, según la historia y las circunstancias, conllevar un riesgo personal considerable, que incluye hacer que el reportero sea vulnerable al acoso o amenazas, exposición legal o discriminaciónlaboral, en el acceso a seguros y en la atención de la salud. Los reporteros no deben tomar la decisión a la ligera de asumir tales riesgos y, antes de seguir ese camino, deben tratar de identificar qué riesgos podría traer su historia y posibles formas de contrarrestarlos.

Antes de que Ávila Casanueva decidiera revelar información personal y familiar confidencial al escribir sobre los resultados de sus pruebas de ADN, pensó mucho sobre los riesgos. Él pensó, dice, que “la gente sabrá esto sobre mí, y pueden tratar de lastimarme de alguna manera o llegar a mí”. Al final, decidió correr ese riesgo porque creía firmemente que su propia historia encajaría mejor con el enfoque de identidad del número de la revista, y que comunicaría algo de importancia moral: que “tú eres quien eres”. Después de que se publicó su historia, recibió comentarios positivos de personas que dijeron que el artículo “se sintió más como una conversación para ellos, como si realmente me conocieran”.

Otro riesgo es que, al igual que la boda cancelada de Goode, tu historia existirá en línea durante mucho tiempo. Goode reconoce que la idea de que un artículo se siga compartiendo en internet dentro de 10 años podría asustar a los escritores para que nunca publiquen nada personal. Pero sin correr ese riesgo, dice, “te estás negando la capacidad de experimentar con diferentes tipos de escritura, y también te estás negando el potencial de conectarte con… tus lectores de una manera diferente”.

 

Adela Wu Steve Fisch

Adela Wu es médica residente en Stanford Healthcare, y escritora científica y artista cuyo trabajo ha aparecido en NPR, ABC News e Intima. Formó parte del grupo de becarios de ciencia e ingeniería de medios masivos de la AAAS (AAAS Mass Media Science & Engineering Fellowship) en 2021. Síguela en Twitter como @adelawu.

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