Desde afuera hacia dentro: cubriendo comunidades como un forastero

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Eoneren/iStock

John Vaillant, autor y periodista freelance, tuvo que visitar repetidamente el mercado mediterráneo de Ali Jomha, a lo largo de casi medio año, para convencer al carnicero e imán de que le concediera una entrevista.

Vaillant se encontraba en Fort McMurray, Alberta, trabajando en un libro sobre la comunidad minera de petróleo que fue devastada por un incendio forestal en mayo de 2016. Cuando Vaillant llegó por primera vez, aproximadamente seis meses después, era un completo desconocido. Consciente del trauma de los residentes, actuó con cautela y se esforzó por ganarse su confianza, lo que, en el caso de Jomha, significó entablar una relación comiendo su shawarma. “Las personas son personas, y si las miras a los ojos con humildad y curiosidad pueden suceder cosas increíbles”, dice Vaillant. Su libro resultante, Fire Weather (Clima de incendio), publicado en 2023, fue finalmente seleccionado en la lista de finalistas para el Premio Pulitzer a no ficción general de 2024.

Muchas noticias científicas importantes tienen lugar en comunidades donde algunas personas, por diversas razones válidas, pueden mostrarse reacias a hablar con periodistas que vienen de fuera de sus fronteras o de su cultura. Estas fuentes pueden proceder de comunidades que los medios de comunicación tradicionales han ignorado o tergiversado históricamente, como muchos grupos indígenas. O bien, pueden estar lidiando con cuestiones delicadas y requerir un enfoque cuidadoso, como los residentes de Fort McMurray tras el incendio. Algunos pueden no confiar en que los periodistas externos cuenten sus historias con precisión —y es posible que tengan sus propios medios de comunicación—. Aunque hablar con la prensa puede no suponer una amenaza para su sustento o su seguridad, como podría ser el caso de los denunciantes o las personas que viven en zonas de conflicto, es posible que sigan considerando que la cobertura de los medios de comunicación convencionales les causa más daño que beneficio.

Pero eso no siempre significa que los miembros de estas comunidades no tengan interés en compartir sus historias más ampliamente. Los periodistas pueden desarrollar estas historias junto con sus fuentes para cubrir temas que deben abordarse, sacar a la luz las injusticias y hablar de tendencias más amplias de la sociedad —todo ello sin causar un daño indebido a la comunidad—. Escribir bien estas historias requiere paciencia, respeto, empatía y voluntad por aprender. “Hay tantos momentos en los que te sientes totalmente lleno de humildad”, dice Stephanie Kwetásel’wet Wood, reportera de la Columbia Británica de The Narwhal. “Es muy bueno para ti como persona y como periodista”.

 

Encontrar historias que valgan la pena

A los periodistas les gusta posicionarse como difusores de historias por el bien común y el bien de sus protagonistas. Pero esos beneficios mutuos no siempre se materializan, afirma Maria Parazo Rose, periodista de investigación freelance que a menudo cubre temas relacionados con las comunidades indígenas.

Decidir si se debe investigar una historia sobre una comunidad requiere colaboración e investigación de antecedentes. Para encontrar la historia adecuada, tanto los periodistas como los miembros de la comunidad pueden decidir que el esfuerzo y la incomodidad de relacionarse con la prensa valen la pena. Tu reporteo “debe ser lo más útil posible para la gente”, afirma Parazo Rose. Su reportaje de 2024 para Grist, por ejemplo, puso de relieve un error administrativo que, sin quererlo, cedió más de 90.000 acres de tierra de la nación Yakama al estado de Washington. Al trazar un mapa del resultado de este error y de cómo se parcelaron otras tierras fiduciarias del estado, dio a conocer al público este problema histórico.

Una vez que encuentres una pista, una buena preparación previa puede garantizar que tu reporteo comience sin problemas.

Los periodistas externos también deben asegurarse de que su reporteo no sea redundante con la cobertura de los propios medios de comunicación de la comunidad, como los medios tribales u otras publicaciones locales. “Rindamos homenaje y respetemos lo que ya se está haciendo y averigüemos cómo podemos contribuir a esta conversación existente de una manera que sea significativa y valiosa para la comunidad”, dice Sunnie Clahchischiligi, editora de asuntos indígenas de High Country News. Considera si la historia que estás persiguiendo toma un nuevo ángulo o amplía otros reportajes sobre un tema.

Para encontrar historias dentro de una comunidad que puedan estar aisladas de la cobertura externa, sigue las conversaciones locales. Lee los boletines informativos de la comunidad, los comunicados de prensa de las pequeñas organizaciones, los foros de mensajes y los hilos de los grupos en redes sociales. Asiste o sintoniza las transmisiones de eventos públicos en los que las comunidades se reúnen para hablar de temas de actualidad. Por ejemplo, un evento organizado por las Naciones Unidas sobre áreas protegidas fue el impulso para una historia de 2023 de Parazo Rose y su colega sobre el continuo declive de Quitobaquito Springs en Arizona. Un miembro de la nación Tohono O’odham habló en el evento sobre cómo los mal concebidos esfuerzos de conservación del gobierno de los Estados Unidos estaban amenazando el oasis, que es sagrado para la tribu. “Eso fue solo algo que nos llamó la atención, así que lo investigamos”, dice Parazo Rose.

Usando un enfoque de arriba hacia abajo, la periodista científica freelance Christina Couch afirma que encuentra muchas de sus historias observando una tendencia más amplia y pensando en las comunidades que podrían verse afectadas por ella. Esta estrategia la llevó, por ejemplo, a escribir su artículo de 2021 para Hakai sobre la salud mental de los pescadores. Estaba investigando los efectos del cambio climático en la salud mental cuando, en la página 15 de una búsqueda en Google, vio un comunicado de prensa sobre la concienciación sobre la salud mental de una organización sin ánimo de lucro de pescadores con sede en Brunswick, Maine.

Como ocurre con muchas historias, la comunicación boca a boca también puede generar ideas. Un comentario de un investigador de la vida silvestre sobre “unas personas interesantes que hacen cosas interesantes” llevó a Wood a cubrir la nación del Lago Babine y su enfoque único para la conservación de los alces para The Narwhal en 2024.

 

Hacer el trabajo previo

Una vez que encuentres una pista, una buena preparación previa puede garantizar que tu reporteo comience sin problemas. Familiarízate con la actualidad, la historia y las normas culturales de una comunidad. “Todas esas cosas ayudan a establecer la confianza”, dice Clahchischiligi, ya que demuestran un deseo sincero por aprender.

Encontrar fuentes no es tan sencillo como acercarse a alguien y dar por sentado que te hablará.

Lee todo lo que puedas sobre una comunidad antes de empezar a contactar a las fuentes. Esto puede parecer abrumador, pero Vaillant señala que las comunidades más pequeñas suelen tener una cantidad limitada de información disponible en internet, lo que hace que la tarea sea más factible. A menudo, esta información estará oculta en revistas poco conocidas o publicaciones más pequeñas, por lo que puede parecer como “armar un rompecabezas”, afirma.

Especialmente importante es aprender la terminología correcta para dirigirse a los miembros de la comunidad y escribir sobre ellos, afirma Couch. Una elección precisa del lenguaje permite a las posibles fuentes saber que te preocupas por contar bien su historia. Couch sugiere consultar guías lingüísticas, como las elaboradas por el Prison Journalism Projecto la Indigenous Journalists Association, así como leer publicaciones de la propia comunidad para comprender qué términos son adecuados y cuáles deben evitarse.

Si la comunidad sobre la que estás reporteando ha sido cubierta anteriormente por periodistas externos, fíjate en lo que puedes aprender de sus experiencias. Preguntar a los demás también puede ayudarte a determinar cómo acercarte a los miembros de la comunidad. Antes de realizar su reporteo en el archipiélago canadiense de Haida Gwaii para su libro de 2005 The Golden Spruce (El abeto dorado), Vaillant dice que aprendió de un compañero que tampoco era miembro de la comunidad a solicitar permiso previo a los líderes del pueblo haida, que consideran sus historias como patrimonio. “Lo que soy es otro tipo blanco que viene y se lleva cosas. Estoy recolectando historias, no árboles ni minerales, pero en cierto modo es lo mismo”, afirma.

 

Abriendo camino

Encontrar fuentes no es tan sencillo como acercarse a alguien y dar por sentado que te hablará. Se necesita un poco de trabajo para encontrar fuentes dispuestas a colaborar, especialmente cuando se llega a las comunidades como forastero.

Basada en su experiencia con las comunidades indígenas, Parazo Rose afirma que suele haber personas cuyo trabajo consiste en hablar con la prensa, como funcionarios de información pública, otros funcionarios tribales y líderes de organizaciones. “Sabes que no estás haciendo nada malo al ponerte en contacto con alguien que ocupa ese cargo”, afirma.

Busca nombres recurrentes en comunicados de prensa, boletines informativos, redes sociales y otros medios de comunicación de la comunidad. Es probable que estas personas estén acostumbradas a responder a las preguntas de la prensa y puedan ponerte en contacto con otras fuentes que han aparecido con menos frecuencia. Por ejemplo, Couch dice que lee periódicos locales, como el Bangor Daily News, para saber quiénes son los entrevistados habituales dentro de una comunidad y asegurarse de que sus artículos incluyan voces nuevas.

Desarrollar relaciones con las fuentes requiere tiempo y paciencia —y, a menudo, un plazo más largo para las historias—. Pero dejar espacio para que se desarrollen conversaciones genuinas, a veces off the record, genera confianza.

En su reporteo de campo, Vaillant afirma que ha tenido éxito al ponerse en contacto con personas que “forman parte de la comunidad, pero que tienen una visión más bien externa de la misma”, como trabajadores sociales, personal médico, clérigos o trabajadores de organizaciones sin ánimo de lucro de la zona.

Esta táctica funcionó para el periodista malauí Charles Mpaka mientras reporteaba en 2007 para The Daily Times sobre una comunidad con una alta incidencia de VIH/SIDA en su país natal. En ese momento, el estigma asociado a la enfermedad y el miedo a la discriminación impedían que muchas personas hablaran con él, a menos que se les garantizara el anonimato. “Si no podían compartir esa información con sus familiares, era imposible que la compartieran con un periodista que venía de cualquier parte”, afirma. Por lo tanto, Mpaka concertó entrevistas a través de una ONG local y las realizó en sus oficinas, para que fuera menos evidente para los demás que sus fuentes estaban hablando con un periodista.

A veces, se necesita un enfoque más personal para encontrar fuentes dispuestas a abrirse. El periodista freelance peruano Iván Brehaut escribió en un correo electrónico a TON que busca puntos en común con las personas que conoce mientras reportea sobre comunidades religiosas aisladas, como los menonitas de la Amazonía. Venir de la misma ciudad natal o ser seguidores del mismo equipo de fútbol, por ejemplo, pueden ser puntos de partida útiles para iniciar una conversación. Conectar con estos “ciudadanos de a pie”, escribió Brehaut, a menudo te llevará a otras fuentes. “Son la puerta de entrada para llegar a los líderes de una comunidad”.

Desarrollar relaciones con las fuentes requiere tiempo y paciencia —y, a menudo, un plazo más largo para las historias—. Pero dejar espacio para que se desarrollen conversaciones genuinas, a veces off the record, genera confianza. “Hablarán de todo lo habido y por haber, excepto de las preguntas para las que estás allí”, dice Clahchischiligi. Estas conversaciones a veces pueden ser una prueba, dice. “Es como, ‘¿cuánto te interesa esto de verdad?’”.

En muchos sentidos, encontrar la manera de conectar con las fuentes se reduce a humanizarse uno mismo. Deshazte de los aires de importancia que pueden aparecer cuando persigues una historia, dice Wood. “No puedes entrar allí sintiéndote con derecho a algo o pensando que todo el mundo debe hablar contigo. En realidad, vas allí a pedir algo bastante importante”. Admite las limitaciones de tus conocimientos, cuestiona tus propios prejuicios y prepárate para hacer preguntas que te hagan sentir ignorante.

Una vez que encuentra fuentes, Wood se toma el tiempo para explicar cómo funciona su proceso: en qué se centra su historia, con quién está hablando, qué significa “on the record” y cómo funcionará la verificación de datos. “Eso los involucra en el proceso”, dice. También le gusta preguntar a sus fuentes qué historias de la comunidad creen que deben contarse, así como qué información errónea hay ya circulando, lo que le sirve de guía para su reporteo y le abre vías para futuras historias.

 

Rompiendo las normas periodísticas

Reportear sobre comunidades como alguien ajeno a ellas puede implicar alejarse de algunas normas periodísticas occidentales tradicionales para adaptarse a la comodidad y las normas culturales de las fuentes, y para asegurarse de que la historia sea correcta. “Somos nosotros los que buscamos algo en esta comunidad, por lo que debemos ser capaces de ceder todo lo que podamos”, afirma Clahchischiligi. En High Country News, por ejemplo, dice que los periodistas a veces leen las citas a las fuentes.

Es fundamental mantener abiertos los canales de comunicación durante y después del reporteo. Una comunicación clara puede ser especialmente útil si una fuente se echa atrás.

Cuando las fuentes piden cambios durante la verificación de datos, Couch dice que suele dedicar mucho tiempo a hablar con ellas para entender por qué. “En algunos casos, se justifica hacer una pequeña modificación si hay intereses en juego”, afirma. Cuando considera que un cambio no está justificado, dedica más tiempo a explicar por qué es importante para ella que se mantenga ese detalle y, a veces, recurre a su editor o editora para que le ayude a comunicarse con la fuente.

De forma similar, Clahchischiligi a veces se aleja de la norma de no aceptar regalos de las fuentes. En algunas comunidades indígenas, puede considerarse de mala educación que un periodista no acepte un regalo de un anciano, afirma. Por lo tanto, sugiere que los periodistas acepten lo que se les ofrece y regalen los artículos cuando sea posible. También se puede esperar que los periodistas lleven ellos mismos regalos. Clahchischiligi llevó cestas de regalo a las personas cuando reporteaba regularmente sobre el impacto de la COVID-19 en la Nación Navajo, principalmente paraSearchlight New Mexico en 2020 y 2021. “No era un pago por las historias… Era algo que me enseñaron al crecer como indígena”, afirma. “No se va a casa de alguien… con las manos vacías”.

No obstante, hay otras normas periodísticas que, en general, deben mantenerse, como evitar dormir en la casa de una fuente cuando se está reporteando. “Necesitas que la comunidad confíe en ti”, dice Couch, “pero también tienes que mantener un cierto nivel de distancia”.

 

Mantener abiertos los canales de comunicación

Dado que tus fuentes pueden ser más reticentes que otras, es fundamental mantener abiertos los canales de comunicación durante y después del reporteo. Una comunicación clara puede ser especialmente útil si una fuente se echa atrás. Por ejemplo, cuando una fuente de una historia de High Country News se mostró reacia, Clahchischiligi recuerda haber coordinado una reunión entre ella y otros miembros del equipo editorial, le reportere a cargo de la historia y la fuente para aclarar cómo se tomaban las decisiones editoriales.

Incluso si una fuente finalmente se retira o una historia se esfuma, Wood recomienda hacer saber a las fuentes que siempre pueden volver a ponerse en contacto. “Intentaré mantener la puerta abierta, básicamente de forma indefinida”, afirma.

Una vez publicada la noticia, Wood se asegura de preguntar a sus fuentes qué opinan sobre el artículo y si ellos u otros miembros de la comunidad tienen algún comentario que hacer. Esa simple petición puede ser una forma eficaz de mostrar un compromiso continuo con tus fuentes. “De lo contrario, en ese momento, solo estás haciendo periodismo paracaidista”, afirma Clahchischiligi.

Cuando se hacen con respeto y precisión, las historias pueden fortalecer la confianza que una comunidad tiene en un periodista externo que cuenta bien sus historias.  Y con el tiempo, es de esperar que el aumento de los ejemplos de periodismo ético comience a reparar las relaciones con los medios de comunicación convencionales, a medida que los periodistas aprenden de las comunidades sobre las que reportean y unos de otros. “Creo que es importante compartir conocimientos entre periodistas” sobre cómo hacer bien este trabajo, dice Parazo Rose, “para que los medios de comunicación sean mejores en general”.

 

William von Herff Cassie Ferri

William von Herff es periodista de ciencia freelance y exredactor de The Provincetown Independent. Su trabajo ha aparecido en The Atlantic, WIRED, Smithsonian, Atlas Obscura, MIT Technology Review y otras publicaciones. William es un becario de TON patrocinado por el Burroughs Wellcome Fund. Síguelo en Bluesky como @willvh.bsky.social.

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