
Es tentador proclamar que los lenguajes visuales son más universales que los hablados y escritos, y que el mismo acto de presentar información en forma de dibujo en lugar de palabras la hace más accesible. Pero ese no es el caso necesariamente. Los tecnicismos visuales, por ejemplo, prevalecen tanto como los tecnicismos escritos. (Piensa en las etiquetas para lavar la ropa en algunas de tus prendas. Apuesto a que no puedes descifrar todos los íconos pequeños sin ayuda de un texto auxiliar).
Dicho esto, considera cómo experimentas un periódico o una revista impresa. ¿Pasas las páginas rápido, escaneando las imágenes primero? ¿Qué pasa con las redes sociales? Una vez que empiezas a desplazarte por la línea del tiempo de estas, ¿qué tiene el poder de hacerte parar? Lo más probable es que sea una imagen. Por lo general, cuando te enfrentas a una imagen la barrera de entrada inicial es baja. El color, la forma y la composición pueden desencadenar una reacción del espectador, sin un esfuerzo consciente significativo. Como Colin Ware, investigador de la percepción, escribió el en el libro Visual Thinking for Design [Pensamiento visual para el diseño], “los medios visuales pueden apoyar la percepción casi instantánea de la esencia de la escena, exploraciones rápidas de la estructura espacial y las relaciones entre objetos, así como emociones y motivaciones”.
Esta capacidad de atraer a una audiencia rápidamente —antes de pedir demasiado de ellos— es algo poderoso cuando se compite por miradas y atención. En la comunicación científica, una amplia gama de tipos de imágenes sirve el propósito de atrapar la atención y participación. Las fotografías, las ilustraciones editoriales, las bellas artes y los gráficos tienen el potencial de captar rápidamente la atención de las personas de diferentes maneras. Pero, en mi opinión, los gráficos de ciencia están en una posición única como ayudas visuales que tienen el poder tanto de atraer a la gente, como de proporcionar información muy específica. En el mejor de los casos, después de atrapar la atención viene el aprendizaje, que luego conduce a una participación continua, todo dentro del mismo marco.
Como editora de gráficos en la revista Scientific American, uso gráficos —un término que uso aquí como abreviatura de diagramas explicativos ilustrados y visualizaciones de datos— para ayudar a que los avances en ciencia y tecnología sean accesibles, con el objetivo de involucrar, informar e inspirar a una audiencia no especializada. Mi función incluye el desarrollo de imágenes que expliquen a profundidad los últimos hallazgos de investigación y los coloquen en el contexto de un arco de investigación más amplio. Los consejos a continuación incluyen estrategias que he desarrollado para crear gráficos al servicio del periodismo de ciencia, a tiempo para la fecha de entrega.
Sé estratégico
Crear un gráfico puede requerir mucho tiempo y/o ser costo. Sé realista en lo que respecta al presupuesto, los plazos y el alcance. Antes de sumergirte en un proyecto, plantéate esta pregunta guía: ¿Sería útil un gráfico para ayudar a transmitir la información disponible?
En mi opinión, un gráfico puede ser útil si:
- una imagen puede contar la historia de manera más eficiente, efectiva o completa que las palabras (como los icónicos diagramas de Feynman, en los que una imagen puede representar una fórmula más abstracta);
- la narrativa involucra relaciones complejas y entrelazadas, y una imagen de un mapa puede ayudar al lector a rastrear las conexiones (como un diagrama de proceso que explica las complejidades de la fotosíntesis);
- el lector podría beneficiarse al ver y explorar tendencias y patrones del conjunto completo de datos, en lugar de recibir algunos números clave en el texto; o
- una comparación visual directa e inmediata es útil para resaltar cambios o diferencias entre estados, como hipótesis contrapuestas o visualizaciones del antes y después.
Los gráficos toman tiempo en desarrollarse, por lo que, si no puedes establecer claramente porqué un gráfico sería útil para la historia, entonces es posible que no valga los recursos. Si parece que un gráfico sería útil, considera cuidadosamente la cantidad de tiempo que tienes disponible para completarlo. Si la historia debe publicarse en una fecha determinada y la investigación y los informes iniciales que hagas no arrojan las referencias que necesita para ejecutar correctamente tu concepto inicial, puede ser mejor para ti reevaluar el plan.
No soy partidaria de decidir crear un gráfico porque hay espacio o dinero de sobra y a la gente le gusta la idea de complementar la historia con una imagen elegante para atraer a la gente. El involucramiento de la audiencia es una meta honorable, pero si ese es tu único objetivo, te animo a considerar si una ilustración representativa (como un dibujo directo de un objeto), una ilustración editorial (una obra de arte metafórica que es de naturaleza evocadora) o una fotografía podrían ser una solución más adecuada.
Articula la meta de tu gráfico
Escribe el objetivo de tu gráfico antes de empezar a dibujar. ¿Cuál es el punto de la imagen? Mantenlo breve y conciso, idealmente de una a tres oraciones. Ese objetivo declarado es tu compás: sigue volviendo a él para asegurarte de que tu gráfico no se salga de alcance. También es útil tener esta declaración a la hora de comunicarte con los otros colaboradores sobre el proyecto. Puede ayudar a garantizar que sus intenciones estén alineadas y a mantener las críticas enfocadas en el objetivo del gráfico.
Aquí hay algunas declaraciones de objetivos que he usado para guiar gráficos en el pasado:
- Separar los conceptos entrelazados de la energía oscura, la constante cosmológica y la energía del vacío, ilustrando cada uno y mostrando cómo están conectados.
- Introducir a las personas a la idea de la teoría de la percolación. Un ejemplo simple en forma de red en malla demuestra que para que dos teléfonos se comuniquen, deben estar conectados por una cadena de otros teléfonos.
- Mostrar cómo funciona una hoja artificial hecha de nanocables de silicio. En un proceso similar a la fotosíntesis en las hojas naturales, transforma los fotones en combustible transportable y almacenable.
Mantén el contexto en mente
El contenido suele ser bastante claro. Es la información que debe visualizarse, tal como se articula en tu declaración de objetivos. El contexto es igualmente importante, pero con demasiada frecuencia se descuida al comienzo de un proyecto. ¿Qué herramientas se usarán para hacer el gráfico, dónde aparecerá, quién es la audiencia (y cuál es la relación del diseñador con esa audiencia) y cuándo debe estar completado? Todos estos factores dan forma a las decisiones relacionadas con qué partes del contenido son fundamentales para incluir y cómo deben presentarse. (La directora creativa Kelly Krause ha escrito sobre cómo se desarrolla esta dinámica en la revista Nature, que tiene periodismo original, artículos de opinión, análisis de expertos y artículos de investigación revisados por pares. Los gráficos para cada uno de esos tipos de artículos reciben un tratamiento diferente, a pesar de aparecer en la misma publicación).
Algunos de estos factores están más reglamentados que otros. Por ejemplo, el destino de tu gráfico podría dictar el tamaño y formato. (Una revista puede proporcionarte instrucciones muy claras de dimensiones y tipos de archivos). Otras variables —como el público objetivo y las medidas de accesibilidad— son más complejas y menos prescriptivas.
Recomiendo describir variables clave sobre el contexto, incluyendo:
- ¿Dónde vivirá tu imagen? La respuesta a esta pregunta informará las decisiones relacionadas con el contenido y el estilo, así como con las dimensiones de tu gráfico (y, por lo tanto, la composición).
-
¿Quién es la audiencia objetivo y cuál es la relación de tu publicación con esa audiencia? (Por ejemplo, ¿los creadores de contenido son especialistas o no especialistas? ¿Y la audiencia está compuesta por niños, adultos, especialistas, no especialistas, etc.?)
- Teniendo en cuenta el medio y la audiencia, ¿qué tono o vibra se siente apropiada? La respuesta a esta pregunta —junto con el tema— informará las decisiones relacionadas con el estilo de renderización y los detalles ilustrativos.
Vuelve a revisar tu declaración de objetivos después de responder estas preguntas, para asegurarte de que el contenido que esperas transmitir todavía se sienta adecuado para tu medio y audiencia.
Recuerda que construir gráficos es un proceso
No puedes esperar que los gráficos emerjan completamente formados justo antes de la fecha de impresión, de una sola vez. Con un poco de previsión y estructura, puedes configurar tu proceso de creación de gráficos para que encaje con las etapas del proyecto más grande, de modo que los gráficos puedan ser revisados adecuadamente por otros en contexto.
Recomiendo comenzar con muchos garabatos rápidos y de bajo riesgo, experimentando con diferentes formas de organizar la información. Hay algo liberador en llevar un lápiz al papel y simplemente garabatear ideas. Los bocetos a lápiz son rápidos, fomentan una mentalidad exploratoria y son de bajo riesgo. Y como escribieron Bang Wong y Rikke Schmidt Kjærgaard en una columna de Nature Methods de 2012, “Hacer bocetos o garabatos rápidos como una forma de racionalizar la información puede exponer lagunas en nuestro pensamiento y conducir a conclusiones alternativas y nuevas ideas”.

Una vez que hayas encontrado una solución con la que te sientas satisfecho, puedes cambiar del modo de exploración al modo de presentación y hacer que las cosas sean más inteligibles para tus colaboradores. En este punto, encuentro útil dividir el proceso en tres segmentos formales: boceto de concepto, boceto ajustado y gráfico final. Considera sincronizar estos pasos con otros pasos de tu proyecto, como la revisión del texto y los plazos de edición.
- Boceto de concepto: crea un marco que coincida con las dimensiones absolutas de tu producto final. Usa tus garabatos como guía y transcribe esa información al marco más grande. Incluye textos preliminares (o texto para marcar la posición) y etiquetas, para que recuerdes diseñarlos activamente en el espacio, y estés considerando cómo se relacionarán con las imágenes desde el principio. La introducción del color puede ser útil en esta etapa, especialmente si esperas usar el color para codificar información o guiar el ojo del lector. Esto podría significar hacer que los elementos más importantes sean más fuertes, con contornos más audaces y colores más saturados que los elementos contextuales menos importantes. Pero el enfoque principal debe estar en la composición.
- Boceto ajustado: si los comentarios de los colaboradores sobre el boceto conceptual son relativamente menores y se refieren a detalles dentro del plan más amplio, es hora de desarrollar un boceto ajustado. Corrige errores y afina los detalles. Puede ser útil introducir el color en esta etapa, si aún no lo has hecho. Si tú eres responsable de escribir los textos, ajústalos ahora también. Si alguien más los escribirá, este es un buen momento para tocar base y pedir un texto actualizado. En esta etapa, presta especial atención al color, al texto y su posición, y al estilo de renderización en desarrollo.
- Gráfico final: Corrige errores y finaliza el estilo de renderización, incluyendo el color. Presta especial atención a cómo las etiquetas y los otros elementos de texto interactúan con las imágenes. ¿Son legibles? Refina las líneas guía y verifica dos veces las alineaciones.

Ciclos de animación a través de tres etapas de creación de un gráfico, como lo ilustró Cherie Sinnen para “The End of Orange Juice [El fin del jugo de naranja],” por Anna Kuchment, Scientific American (Marzo, 2013). Publicado con permiso de la artista. Cherie Sinnen (boceto ajustado y arte final); Jen Christiansen (boceto de concepto)
En cada uno de esos tres puntos de referencia, recomiendo enviar tu imagen para que la revisen los colaboradores (incluido un experto en contenido), con preguntas específicas relacionadas con el tipo de comentarios que esperas en cada etapa. Por ejemplo, en la etapa de boceto de concepto, lo que más me interesa es asegurarme de que estoy captando bien el panorama general. No hay necesidad de centrarse en la estética en esa etapa. La retroalimentación debe enfocarse en si la información y el camino a través de esa información es útil, claro y preciso.
Al trabajar a través de estas etapas, con bocetos conceptuales que comienzan como guías de composición generales que están profundamente arraigadas en el concepto que se explica, me veo obligada a pensar realmente en el contenido antes de distraerme con los detalles del dibujo. No es inusual volver a revisar el boceto de concepto varias veces antes de darle en el clavo al contenido. Si te piden cambios de la idea general, esto puede socavar la composición que ya has desarrollado. Resiste la tentación de pegar rápidamente las secciones revisadas en el marco sobre las partes más antiguas, incorrectas o poco claras de tu boceto. Sí, es un fastidio retroceder y repensar tu objetivo, y la composición de tu gráfico, en función de la nueva información, pero es mejor resolverlo antes de pasar al boceto ajustado. Tómate el tiempo para abordar cuidadosamente la retroalimentación en la etapa de boceto de concepto, debería preparar las cosas para una progresión fluida a través de los pasos restantes.

Tres etapas de un gráfico, ilustradas por Jen Christiansen para “Building Tastier Fruits & Veggies (No GMOs Required) [Construir frutas y verduras más sabrosas (no se requieren OGMs)],” por Ferris Jabr, Scientific American (Julio, 2014). Jen Christiansen/Scientific American
Aclara, no simplifiques
La mayoría de las veces, el contenido científico es complejo y los artículos de investigación que lo describen pueden ser densos. Si intentas eliminar esa complejidad, corres el riesgo de producir un gráfico básico demasiado simplificado, que realmente no presenta los últimos hallazgos, o un gráfico que muestre el último descubrimiento sin el contexto adecuado para las personas nuevas en el tema. Me resulta más productivo centrarme en aclarar, no en simplificar (con un guiño a los diseñadores Nigel Holmes, Alberto Cairo y otros que han hablado y escrito sobre esta idea).
El objetivo es hacer que la información compleja y especializada sea accesible para tu audiencia. Con miras a la claridad, aborda el proyecto como un traductor o una guía. No diluyas la información. Más bien, concéntrate en derribar las barreras de entrada y en atraer al lector. Encuentro útiles estas tres estrategias cuando se trata de proporcionar a los lectores no especialistas el contexto que necesitan para comprender mejor el último descubrimiento:
- Comenta el material de la fuente primera directamente, en un lenguaje sencillo. Los comunicados de prensa y las publicaciones académicas a menudo incluyen visualizaciones clave que destacan el último descubrimiento. Algunas etiquetas pueden ser de gran ayuda para ayudar a la comprensión del lector y ayudar a las personas a comprender mejor el significado de la imagen. Si eliges presentar un gráfico académico a una audiencia no especializada, piensa en cómo las anotaciones y las etiquetas pueden ayudar a guiar al lector a través de los puntos principales.
- Incorpora información de fondo al gráfico principal. A veces, unas pocas anotaciones explicativas no son suficientes y otra capa de información es necesaria. Por ejemplo, puede resultar útil incluir dos vistas de la misma escena. La vista de “antes” podría ser una vista microscópica ilustrada de un pulmón sano; la vista de “después” puede ser exactamente la misma viñeta, después de una infección viral. La vista saludable proporciona información de referencia, de modo que tu audiencia pueda comprender más fácilmente cómo se ha visto impactado el sistema por la infección.
- Incluye un segundo gráfico, en forma de recuadro. ¿Dividido entre la necesidad de proporcionar material de referencia y el deseo de llegar directo con la información sobre el último descubrimiento? Considera dividir las cosas en dos —o más— gráficos independientes. Un recuadro de introducción puede presentar conceptos básicos a los lectores que podrían necesitar más contexto. Los lectores más familiarizados con el tema pueden saltar directamente a las novedades. (La mayoría de las historias de física de partículas, por ejemplo, podrían beneficiarse de una tabla de tipos de partículas).

Jen Christiansen es autora de Building Science Graphics: An Illustrated Guide to Communicating Science through Diagrams and Visualizations (CRC Press) y editora gráfica sénior de Scientific American, donde dirige y produce diagramas explicativos ilustrados y visualizaciones de datos. Christiansen presenta y escribe sobre temas que van desde la reconciliación de su amor por el arte y la ciencia, hasta su búsqueda para aprender más sobre el gráfico púlsar que aparece en la portada del álbum Unknown Pleasures de Joy Division. Tiene un certificado de posgrado en comunicación de ciencia de la Universidad de California, Santa Cruz, y una licenciatura en geología y arte de estudio de Smith College. Síguela en Twitter @ChristiansenJen y Mastodon @ChristiansenJen@vis.social.