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La cobertura de las matemáticas: un nicho poco concurrido por los periodistas

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A spherical design containing black, red, yellow, and green kaleidoscopic patterns.
Patrón repetitivo en un modelo de geometría hiperbólica. Doug Dunham

 

En 2012, un amigo matemático alertó a Kevin Hartnett, entonces redactor de The Boston Globe, de una curiosa situación que se estaba produciendo en el mundo de la investigación de la matemática pura. El prestigioso matemático Shinichi Mochizuki había publicado una serie de artículos científicos en los que aseguraba que había logrado resolver uno de los problemas más famosos de la teoría de números. Pero los artículos tenían más de 500 páginas y estaban escritos en un estilo impenetrable. Los matemáticos no sabían qué hacer con ellos.

Hartnett escribió un artículo para The Globe —uno de los únicos sobre matemáticas puras que ha publicado el periódico—. Poco después recibió noticias de Quanta Magazine, una publicación científica en línea para público general que se dedica a escribir sobre matemáticas: ¿Le gustaría proponerles algunas historias?

Hartnett se había topado con un secreto a voces entre el reducido grupo de periodistas que escriben sobre matemáticas: los editores de secciones o publicaciones de ciencia están ansiosos por cubrir más matemáticas. “Algunos editores, entre los que me incluyo, están muy interesados en las matemáticas”, afirma Clara Moskowitz, editora sénior de Scientific American. “Pero no hay muchos periodistas que cubran este campo”.

Eric Hand, editor de ciencias físicas de Science, no recuerda haber recibido más de un par de pitches de periodistas sobre historias de matemáticas puras. “Ha sido frustrante”, dice.

En comparación con la mayoría de los campos CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), las matemáticas reciben escasa cobertura en la prensa popular. No faltan temas de interés periodístico, pero puede resultar difícil descubrirlos, ya que los matemáticos apenas han creado la infraestructura que tienen otros científicos para divulgar sus descubrimientos. Además, muchos periodistas que se adentran sin miedo en campos tan complicados como el cambio climático o la astrofísica, no se atreven con las matemáticas puras, con su reputación de abstracción arcana.

Sin embargo, escribir sobre matemáticas no es tan diferente a escribir sobre cualquier tema complejo, dice Siobhan Roberts, periodista radicada en Toronto y colaboradora habitual de The New York Times, que encontró su camino en el periodismo matemático a pesar de que las matemáticas eran su peor asignatura en la secundaria. “Tienes que estar dispuesto a hacer preguntas sin vergüenza”, dice. “Pero hasta cierto punto puedes descifrarlo y contar una historia”.

Y los artículos sobre matemáticas suelen ser muy populares, dicen Moskowitz y Thomas Lin, el editor en jefe de Quanta. Dada la escasez de periodistas matemáticos, “estoy dispuesto a arriesgarme con alguien que realmente intente hacerse un espacio para sí mismo en este campo”, añade Hand, incluso aunque no haya escrito antes sobre ese tema.

Hartnett se dio cuenta, tras escribir uno o dos artículos sobre matemáticas, de que el tema ofrecía “un espacio para mí como periodista”. Y aunque su formación es humanística, le ha resultado “enormemente gratificante transformar estos temas tan complicados en algo claro y comprensible para un público general”, afirma.

 

Encontrar historias sobre matemáticas

Muchos de los métodos habituales para generar ideas para artículos científicos son ineficaces cuando se trata de matemáticas. Las principales revistas científicas nunca sacan comunicados de prensa sobre avances matemáticos, y las grandes sociedades matemáticas y los responsables de prensa de las universidades rara vez lo hacen. Los artículos sobre matemáticas suelen ser muy técnicos, lo que dificulta que los lectores no especializados en la materia aprecien su importancia o incluso lo que dice su resultado principal. Y las charlas sobre investigación matemática son notoriamente difíciles de seguir, incluso para matemáticos de otros campos.

Si tu objetivo es escribir sobre los avances de la investigación, Hartnett ha descubierto que “la mejor… y la única manera” de encontrar ideas para historias es conseguir que los matemáticos las compartan contigo. Hasta cierto punto, eso puede hacerse indirectamente, escuchando lo que dicen los matemáticos en Twitter y en los blogs. Pero Hartnett, que trabajó durante cinco años en Quanta como redactor de matemáticas y luego como editor, solía enviar correos electrónicos a matemáticos para preguntarles si podían charlar. Poco a poco, fue creando una hoja de cálculo con más de 400 fuentes, y cada una o dos semanas se ponía en contacto con un grupo por correo electrónico. Normalmente, él calcula, “el 30% responde, y dos de ellos tienen ideas, [y] una de ellas funciona”.

Pero los avances de la investigación son solo algunas de las historias que pueden contarse sobre las matemáticas. Roberts y Evelyn Lamb, periodista de Salt Lake City que cubre matemáticas, han encontrado ideas para sus historias en la conferencia anual Bridges, que se centra en las conexiones entre las matemáticas y el arte, la música, la arquitectura y la cultura. Roberts también recomienda la conferencia MOVES del Museo Nacional de Matemáticas, el MathFest y el Gathering 4 Gardner, que ella califica como una “conferencia ecléctica y circense” para los amantes de las matemáticas recreativas.

Encontrar una historia sobre matemáticas puede suponer un esfuerzo, pero una vez que la has encontrado, puedes estar seguro de que es solamente tuya.

Una historia suele llevar a otra. Después de que Roberts escribiera para The New Yorker en 2016 sobre el debut de un dado de 120 caras en el Gathering 4 Gardner, ella decidió seguir de cerca a uno de los creadores del dado, el matemático y artista matemático Henry Segerman. En enero de este año escribió para The New York Times sobre un rompecabezas deslizante tridimensional que Segerman construyó para ilustrar el concepto geométrico de holonomía.

Roberts afirma que su escasa formación matemática formal le ayuda a reconocer qué historias resonarán en los lectores. “Utilizo mi propia curiosidad como medida”, dice. “Si hay algo que despierta mi interés y mi imaginación, entonces creo que debe haber algo que le pueda gustar al lector”.

A veces, un resultado que no es trascendental puede servir de punto de partida para una inmersión matemática profunda. Cuando Lamb vio un tuit sobre cuántas tiras de Möbius caben en un espacio tridimensional, aprovechó la oportunidad para escribir en Quanta sobre formas topológicas salvajes y distintos tipos de infinito.

Lamb sigue buscando ángulos matemáticos en la actualidad. “Cuando empezó la pandemia de la COVID-19, de repente surgió la necesidad de explicar el crecimiento exponencial”, recuerda. Desde la modelización del clima hasta el bitcoin, pasando por las redes neuronales que hay detrás de los últimos bots de chat, hay muchas matemáticas subyacentes en las noticias de la actualidad.

Dilip D’Souza, un periodista de Mumbai que escribe una columna semanal sobre matemáticas para Mint, un diario financiero indio, genera ideas para sus artículos fijándose no solo en las noticias diarias, sino también en la arqueología, la historia, la astronomía y otros muchos temas. “Hay cosas interesantes sobre las que se puede escribir sobre matemáticas en todas las áreas”, afirma. Las matemáticas “son como un océano”, dice. “Hay un sinfín de cosas sobre las que se puede escribir”. Cada vez que él detecta un elemento matemático en algo que está leyendo, lo añade a un archivo de posibles ideas para artículos, que revisa periódicamente para ver qué historias están maduras para convertirse en una columna.

Encontrar una historia sobre matemáticas puede suponer un esfuerzo, pero una vez que la has encontrado, puedes estar seguro de que es solamente tuya. Como son tan pocos los periodistas que se ocupan de las matemáticas, es improbable que te roben una primicia (con la excepción, quizá, de historias especialmente actuales). Eso significa que puedes tomarte todo el tiempo que necesites para entender las matemáticas.

 

Reportear la historia

Dado que los artículos y las conferencias sobre matemáticas suelen ser indescifrables, las entrevistas en profundidad son básicamente la única forma eficaz de que un periodista adquiera un conocimiento profundo de la materia. Afortunadamente, he descubierto que los matemáticos (la mayoría de los cuales nunca han hablado con un periodista) son extremadamente generosos con su tiempo. Y cuando Hartnett se iniciaba como periodista especializado en matemáticas, quedó gratamente sorprendido por la habilidad expositiva de ellos.

“[Existe] el estereotipo de que los matemáticos son incapaces de hablarle a un público general”, dice. En cambio, él ha descubierto que “los matemáticos son muchos de los pensadores más claros y, en cierto modo, los explicadores más empáticos de contenidos difíciles que he conocido”.

Aunque la mayoría de los matemáticos a los que entrevistarás para un reportaje provendrán del puñado de expertos en ese subcampo, merece la pena acordarse de los matemáticos que son especialmente buenos a la hora de dejarte ver su proceso de pensamiento, dice Lamb. “Gran parte consiste en encontrar a los matemáticos a los que podrías volver una y otra vez”.

Incluso las matemáticas más abstrusas tienen raíces en algo más familiar que se puede utilizar como punto de partida.

Pero incluso para los grandes expositores, cada nueva historia tiene una empinada curva de aprendizaje. Para Hartnett, “los primeros 20 artículos se sintieron, cada vez, como si me estuviera preparando para escalar una montaña muy difícil”, dice. Aprender matemáticas es un proceso muy poco lineal: tus primeras entrevistas pueden parecer galimatías, pero luego tu cerebro les da vueltas a las cosas, y en la siguiente entrevista un matemático dice algo que hace que todo encaje en su sitio. Reportear sobre matemáticas requiere tolerancia para sentirse perdido o incluso estúpido, y fe en que las cosas acabarán encajando.

Al principio, Hartnett intentó ocultar a sus fuentes sus limitados conocimientos. Pero poco a poco se dio cuenta de que esa falsa fachada entorpecía sus reporteo. Hoy en día, dice, “como me siento más seguro de mí mismo como periodista especializado en matemáticas, estoy más dispuesto a, en cierto sentido, hacerme el tonto”. Dice a los matemáticos que se imaginen que están hablando con alguien que no ha estudiado matemáticas desde la secundaria y que en ese entonces no le gustaban.

Incluso las matemáticas más abstrusas tienen raíces en algo más familiar que se puede utilizar como punto de partida. Por ejemplo, cuando escribí sobre un gran avance en el empaquetamiento de esferas en espacios de 8 y 24 dimensiones, pensé en cómo pueden empaquetarse las esferas en el espacio ordinario y luego pedí a mis fuentes que me explicaran cuáles de mis intuiciones se trasladaban a dimensiones superiores y cuáles no.

Estaba decidida a entender qué hacía especiales a las dimensiones 8 y 24. Así que hice esa pregunta en un montón de entrevistas y empecé a acumular una nube de ideas, pero no acababa de encontrar ninguna que encajara. Entonces, un matemático me dijo que la configuración de los montones de naranjas en el supermercado tiene un análogo en cada dimensión y que, a medida que aumenta la dimensión, los huecos entre las naranjas crecen en tamaño. Cuando llegas a la dimensión 8, esos huecos son de repente lo suficientemente grandes como para que puedas meter más naranjas. ¡Ajá!

Seguir haciendo preguntas hasta haber experimentado algunos de esos momentos de revelación es valioso a dos niveles. En primer lugar, puede indicarte que estás alcanzando una comprensión lo bastante profunda como para empezar a escribir. Y, en segundo lugar, te da una pequeña muestra de la alegría de ser matemático. Si puedes transmitir estos momentos de “ajá” a los lectores, ellos también resplandecerán con alegría matemática.

 

Escribir la historia

Como todo en el periodismo, los artículos sobre matemáticas se basan en la narración. Lin recomienda buscar fuentes de tensión para impulsar la narración. ¿Por qué era difícil resolver este problema? ¿Por qué les interesa a los matemáticos? ¿Qué atrajo a estos matemáticos en particular a trabajar en él y a qué retos se enfrentaron por el camino?

Mucha gente encuentra misteriosa la vida de un matemático, aunque puede imaginarse el trabajo diario de un biólogo o un químico. He descubierto que a los lectores les fascina el lado humano de las matemáticas y les entusiasma descubrir que el “genio solitario” no es más que un estereotipo. Algunas de mis historias más populares han tenido un fuerte componente humano, ya sea la de la niña prodigio que luchó contra el síndrome del impostor en la universidad o la de la estudiante de posgrado que se asignó a sí misma un problema de teoría de nudos como tarea y no estaba preparada para la emoción que sintieron los matemáticos cuando logró resolverlo.

Busca formas de dejar que tus sujetos vivan y respiren en el texto. ¿Tienen una banca favorita en el parque donde piensan en matemáticas, o se les ocurrió una idea brillante en la ducha? ¿Qué tipo de matemáticas les parecen bellas?

Así que busca formas de dejar que tus sujetos vivan y respiren en el texto. ¿Tienen una banca favorita en el parque donde piensan en matemáticas, o se les ocurrió una idea brillante en la ducha? ¿Qué tipo de matemáticas les parecen bellas? ¿Cómo se complementan (o chocan) los participantes en una colaboración?

Aunque estos detalles pueden animar la historia y, a veces, incluso proporcionarle un tejido conectivo, en muchas historias los protagonistas serán los propios objetos matemáticos. No temas darles su merecido. Hartnett ha descubierto que sus historias más sustanciosas suelen ser las más leídas. “Habla claro a tu público, respétalo, y en general serás recompensado”, dice.

Es esencial crear un arco argumental para estos personajes matemáticos (y sus aplicaciones, si estás escribiendo una historia de matemáticas aplicadas). Como editor, Hartnett a menudo se encontraba con que los nuevos freelancers intentaban explicar demasiados conceptos sin conectar los puntos. En su lugar, un escritor debe decidir dos o tres conceptos básicos que quiere que los lectores aprendan, dice. “Construye la historia en torno a ellos”.

Por ejemplo, después de reportear mi historia de los empaquetamientos de esferas de 8 y 24 dimensiones, decidí que la historia tenía dos piezas clave. Una era sobre la noción de esferas de dimensiones superiores y los empaquetamientos especiales de esferas en las dimensiones 8 y 24. La otra era la narración de la investigación que llevó a Maryna Viazovska a descubrir una función “mágica” de empaquetamiento de esferas para la dimensión 8 (y poco después, una para la dimensión 24). Identificar estos dos elementos centrales de la historia me ayudó a determinar qué detalles matemáticos era esencial incluir y me proporcionó una estructura narrativa clara.

Tanto Hartnett como Moskowitz han descubierto que a veces los escritores se apoyan en citas para hacer mucho del trabajo pesado de explicación. “Existe la tendencia a desconfiar de la propia capacidad para explicar un concepto, y entonces se recurre a una cita de tres frases de una fuente bastante técnica y detallada”, dice Hartnett. “No desistas y en su lugar dejes a las citas hacer el trabajo explicativo que realmente necesitas hacer tú mismo”.

Un buen editor puede ayudar a un escritor de matemáticas a darse cuenta de cuándo no ha sintetizado suficientemente la historia. Cuando los borradores de Roberts caían en detalles técnicos o eran demasiado serios, su editor en The New York Times, Alan Burdick, le decía “menos Austria, más Italia” (una frase que heredó de su propio editor en The New Yorker, David Remnick). En otras palabras, “no te fijes demasiado en los detalles”, dice Roberts. “No pierdas de vista la alegría y el placer”.

A veces, equilibrar estas exigencias puede resultar abrumador. Roberts se pregunta a veces por qué se somete a sí misma a escribir sobre un tema tan complejo y desafiante. Se consuela con algo que le dijo el matemático Peter Sarnak: “El estado estable de un matemático es la frustración”.

“En cierto modo, al participar en el proceso de escribir sobre matemáticas, he llegado a pensar que, indirectamente, estoy experimentando el proceso de hacer matemáticas”, dice Roberts. “Las matemáticas son difíciles, y la vida también lo es… Me consuelo con eso cuando parece imposible”.

 

Erica Klarreich Cortesía de Erica Klarreich

Erica Klarreich lleva más de 20 años escribiendo sobre matemáticas. Sus trabajos han aparecido en Quanta, Nature, The Atlantic, New Scientist, Science News y muchas otras publicaciones, y se han reimpreso en los volúmenes de 2010, 2011, 2016 y 2020 de The Best Writing on Mathematics. Tiene un certificado de posgrado en comunicación científica por la Universidad de California, Santa Cruz, y un doctorado en matemáticas por la Universidad Stony Brook. En 2021 recibió el premio Joint Policy Board on Mathematics Communications. Síguela en Twitter como @EricaKlarreich.

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