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Compartir es bueno: cómo hacer conjuntamente una historia

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Close up of two green lanes merging on an asphalt road.
Imagedepotpro/iStock

 

Cuando Tyrese Coleman se propuso hacer un reportaje sobre la justicia medioambiental en Brown Grove, Virginia, su ciudad natal, sabía que no podía hacerlo sola. Los activistas de esta comunidad históricamente negra luchaban contra el nuevo centro de distribución propuesto por la cadena de supermercados Wegmans, que amenazaba los humedales del pueblo y las tumbas sin nombre centenarias que se cree que hay en su interior. La tataratataratatarabuela de Coleman fundó la ciudad. Varios de sus primos estaban involucrados en los esfuerzos para detener la nueva construcción. Además, Coleman, una escritora radicada actualmente en Maryland, no tenía mucha experiencia en reportajes periodísticos. Sus lazos personales le permitían aprovechar un contexto, unos conocimientos y unas conexiones importantes que una persona ajena al lugar no tendría. También significaba que necesitaría ayuda para ser objetiva.  Así que le pidió a Melody Schreiber, una periodista independiente de salud y ciencia radicada en Washington D.C., que fuera su coautora. Schreiber y Coleman se conocían desde la universidad. Pero más allá de su amistad, Coleman sabía que la experiencia de Schreiber en temas medioambientales reforzaría el reportaje. La decisión “fue muy fácil de tomar”, dice Coleman.

Cuando se pusieron en marcha, ambas participaron en casi todas las entrevistas, reuniones con su editor, e incluso en audiencias públicas. Incluso trabajaron simultáneamente en las versiones de Google Docs de sus borradores, bromeando en los comentarios, y comprobando y verificando las frases de la otra en tiempo real. El artículo resultante se publicó en The Washington Post Magazine en 2021.

A Schreiber no le resultaba extraño compartir la autoría de la historia. Durante una etapa anterior como redactora en ArcticToday, a veces reporteaba y escribía partes de un artículo y se las pasaba a un editor que las mezclaba con partes que habían escrito otros reporteros para montar una historia completa. Como periodista freelance que cubría el terremoto de Nepal en 2015, envió a su editor trozos de texto, solo para “acabar coescribiendo con gente de la que nunca había oído hablar”. Pero la estrecha colaboración con Coleman fue una experiencia nueva, y Schreiber la encontró increíblemente gratificante. “Me encanta escribir conjuntamente”, dice. “Realmente puede ampliar tu perspectiva”.

Colaborar con otros para reportear o escribir una historia ofrece numerosas ventajas. Permite a los reporteros ampliar la red o combinar distintos conocimientos y experiencias para hacer más profundo un artículo.  La incorporación de un entrevistador más puede aportar un nuevo conjunto de experiencias y enriquecer la entrevista. Pero reportear y escribir de forma conjunta también puede ser un reto. Los reporteros pueden discrepar en la dirección que está tomando la historia y los egos descontrolados pueden herir sensibilidades. Una colaboración exitosa requiere de confianza, comunicación y saber aprovechar los puntos fuertes del equipo. Hay que “buscar a gente que esté en sintonía contigo”, dice Michelle Buky, periodista freelance y consultora de medios de comunicación radicada en Nairobi. Y, agrega, esas personas deben estar en sintonía con la historia que quieres contar.

 

Cómo empezar

Hay tres tipos de historias que se prestan a tener múltiples créditos, dice Lauren Morello, editora de temas nacionales de The Messenger. Cuando surgen grandes noticias, dice, asignar a dos o más reporteros la tarea “es una forma de publicar una noticia muy rápidamente. Se duplica el número de personas que hacen llamadas”. A un equipo también le resulta mucho más fácil cubrir grandes acontecimientos que a un periodista solo. Y los temas que van más allá de una sola sección o temática pueden necesitar de la experiencia que pueden aportar varios reporteros.

Las investigaciones, en las que “hay que seguir dos o tres líneas de indagación distintas”, suelen beneficiarse de tener varios reporteros, dice María Carrillo, consultora y coach que se jubiló en 2021 de su cargo de editora de proyectos especiales del Tampa Bay Times tras 36 años de carrera en redacciones de medios regionales. Un reportero puede seguir pistas y localizar fuentes, mientras que otro puede seguir el rastro de documentos o hacer investigación de archivo. Puede haber un redactor con talento capaz de recopilar el material de los demás “y convertirlo en una historia que fluye bien”, dice. “Cuando entré en este negocio, todo el mundo esperaba que fueras genial en todo o que quisieras ser genial en todo. No es realista”.

La investigación de 2021 “Poisoned(Envenenados) del Tampa Bay Times, que examinó los daños duraderos que una fábrica de plomo causó en una comunidad cercana, empezó cuando el reportero de investigación Corey G. Johnson se puso a indagar una pista que le había llegado. A medida que profundizaba, se hizo evidente que “esta podía ser una historia realmente grande”, dice Carrillo, que ayudó a editar la serie. Otros dos reporteros —uno con capacidad para manejar datos y otro con excelentes dotes de redacción— se unieron al equipo. El primer artículo, “Poisoned—Part 1: The Factory”, fue incluido in la antología The Best American Science and Nature Writing 2022. La serie de tres partes dio lugar a más de dos docenas de artículos de seguimiento y, a raíz de la publicación de la investigación, los organismos reguladores estatales y federales impusieron multas a la fábrica —por un total de más de $800.000 dólares—. La serie “Poisoned” ilustra uno de los principios clave de la coautoría: hay que asegurarse de que los conocimientos de los miembros del equipo se complementen de forma que mejoren la historia.

Para Christopher Deane, investigador y periodista radicado en Londres, contar con la colaboración de otros reporteros es vital por otra razón: puede facilitar el acceso a lugares lejanos y aportar conocimientos específicos del país y experiencias vividas que ayuden a establecer conexiones locales. Como pasante de Unearthed, el medio de investigación de Greenpeace en el Reino Unido, Deane publicó un artículo firmado por cinco personas junto con gal-dem, una revista ya desaparecida que se centraba en las historias de personas de color y de géneros marginados. El artículo exploraba las experiencias de las mujeres de Kenia que se han visto obligadas a desplazarse debido a los estragos del cambio climático. En lugar de viajar él mismo a Kenia, Deane recurrió a dos freelancers de Nairobi —Buky, consultora de medios de comunicación, y Sandra Mutuku, productora cinematográfica freelance—.

Identificar colaboradores de confianza es crucial, afirma Deane. Mutuku y Buky les fueron recomendadas por otros reporteros de confianza. Ambas tenían experiencia en contar historias similares y en entrevistar a la gente de forma compasiva. Sin ellas, “la historia podría haber fracasado”, dice. Pero confiaban en que cada uno en el equipo “fuera tan fenomenal como creíamos que lo eran”.

 

Saber a dónde se va

Una vez que hayas identificado a tu equipo y estés listo para empezar a reportear, “quieres que la hoja de ruta esté clara”, dice Morello. Ella sugiere que el primer paso en cualquier colaboración sea crear un documento compartido y elaborar una lista de quién llama a quién. Ponerlo por escrito no significa que no pueda cambiar sobre la marcha. Pero sí significa que todo el mundo conoce los “contornos básicos” de la obra y el trabajo de cada uno. Y si “no estás seguro de quién debe hacer qué, pregunta”, añade Morello.

Cuando Deane empezó a trabajar en el reportaje sobre la migración climática, dice que no sabía muy bien en qué parte de África centrar la historia, ni cómo encontrar mujeres a quienes entrevistar. Buky añade que ella y Mutuku “hicieron mucho trabajo de campo” para determinar en qué zona de Kenia centrarse e identificar a los personajes principales de la historia. Juntas viajaron al condado noroccidental de Turkana, recogieron historias de familias separadas por la sequía y aprendieron cómo las mujeres de esa parte del mundo se adaptan y sobreviven a la crisis.

La comunicación es fundamental durante el proceso de reporteo. Cuando Buky y Mutuku estaban sobre el terreno, se comunicaban con el equipo a través de Zoom o WhatsApp tres veces al día: una vez antes de salir; otra, mientras estaban en el campo y, una más, después de regresar. En gran parte, esto se hacía por motivos de seguridad. Pero el dúo también aprovechaba las tardes para ofrecer actualizaciones detalladas de su reporteo, lo que permitía a todos opinar sobre la dirección de la historia. Victor Ombogo, un operador de cámara, acompañó a la pareja, filmó todas las entrevistas e incluso utilizó un dron para captar el espectacular paisaje en un cortometraje. Los vídeos ayudaron a “captar los detalles [y] las emociones” que dieron textura al reportaje final, afirma Mutuku.

Una serie de herramientas digitales puede ayudar a los periodistas a mantenerse organizados durante el proceso de reporteo. Cada vez que un miembro del equipo de investigación del Tampa Bay Times realizaba una nueva entrevista o desenterraba un nuevo documento, compartía sus hallazgos con los demás utilizando herramientas como Google Drive. El uso de servicios de transcripción en línea, como Otter.ai, es otra forma sencilla de que los periodistas compartan información y posibles citas a partir de transcripciones de entrevistas, con el sello de tiempo de la grabación.  Como periodista que escribe reportajes largos en Carbon Brief, a menudo colaboro con uno o más miembros de mi equipo. Cuando trabajo en un artículo con otro periodista, me aseguro de resaltar las secciones de una transcripción que pienso utilizar, para asegurarme de que no estamos construyendo nuestra historia sobre el mismo material. También es una buena cortesía resaltar (¡con otro color!) las partes de la entrevista que puedan aportar información valiosa o una cita llamativa para las secciones de tu compañero de reportaje.

Distribuir las entrevistas puede ser una causa de tensión, dice Morello. Cuando se trata de una fuente importante, es natural que varios periodistas quieran el trabajo. A veces es mejor elegir a la persona que tiene el punto de vista o los conocimientos adecuados. Pero a veces da lo mismo y “toca elegir”, dice. Morello aconseja que el editor deje clara a los periodistas la lógica de esas decisiones para aliviar tensiones.

En otros casos, puede ser conveniente que más de un periodista participe en la entrevista. Si el entrevistado pertenece a una comunidad marginada, incluir a un reportero con antecedentes similares puede ayudar a ponerlo cómodo. Y tener más personas en la sala aporta perspectivas diversas, lo que permite al equipo explorar en profundidad y con amplitud. En Turkana, “tener tres mentes curiosas diferentes” permitió al equipo explorar distintas facetas de la historia, dice Mutuku, desde el aspecto económico hasta el cultural. Y Deane, al ser de otro país, tenía preguntas sobre las costumbres y la cultura que a las otras dos no se les habría ocurrido hacer.

 

Poner las palabras sobre el papel

Escribir una historia es algo personal y puede ser un proceso tenso. Elegir el mejor enfoque dependerá de varios factores, como el medio de comunicación, el tipo de reportaje y el tiempo del que dispongan los periodistas para entregarlo.

Si se dispone de poco tiempo, puede ser útil dividir una noticia en partes para distintos redactores, y confiar en que el editor las “una quirúrgicamente” una vez terminadas, dice Morello. En Carbon Brief utilizamos este método para cubrir grandes acontecimientos, como las cumbres de las Naciones Unidas sobre el clima o la biodiversidad. Cada periodista se encarga de reportear y redactar sus propias secciones, y luego varios editores revisan el artículo final para garantizar la continuidad y eliminar repeticiones. Este paso es fundamental para “asegurarse de que se lea como una sola historia”, afirma Morello. Pero advierte que fusionar la redacción de varios periodistas no debe significar “quitarle la voz”.

Otras veces, contar con un solo redactor puede agilizar el proceso. En el caso de la colaboración entre Unearthed y gal-dem, Deane se encargó de redactar los primeros borradores, que distribuyó entre los demás reporteros para que hicieran sus aportaciones. Su colega de Unearthed, Emma Howard, se basó en este trabajo para desarrollar el “borrador más definitivo”, dice Deane, y luego lo pasó a la parte del equipo de gal-dem para su edición. Fue una “colaboración realmente fructífera de principio a fin”, añade.

Para Schreiber y Coleman, el tiempo era una preocupación menor, por lo que escribir simultáneamente era una buena opción. En otros artículos de los que ha sido coautora, decidir quién escribe la parte superior de la historia es una de las principales fuentes de fricción, dice Schreiber. Al fin y al cabo, el comienzo marca el tono y la dirección de la historia, y mucha gente no lee más allá. Puede ayudar tener en mente qué es lo mejor para el lector, dice, y “no tener ego al respecto es muy útil”. Le gusta recordárselo a sí misma: “El periodismo es un trabajo de equipo”. Detrás de la autoría de cualquier artículo hay un montón de gente trabajando por el mismo objetivo y para contar una historia de la mejor manera posible.  Schreiber añade que cuanto más hace periodismo, más se da cuenta: “Solo soy como una actora muy pequeña en esto, y lo que importa es que tengas una buena historia”.

 

Giuliana Viglione Cortesía de Giuliana Viglione

Giuliana Viglione es una periodista científica y climática radicada en Washington D.C. Actualmente es editora en Carbon Brief, donde dirige la cobertura del equipo sobre alimentos, uso de la tierra y biodiversidad, y es una becaria TON de inicio de carrera patrocinada por el Burroughs Wellcome Fund. Su trabajo ha aparecido en Nature, Chemical & Engineering News, Gizmodo, Discover y otros medios, y fue becaria del AAAS Mass Media 2018 en King 5 News. Giuliana obtuvo su doctorado en oceanografía en Caltech, donde cofundó el medio de comunicación científica Caltech Letters. Es más feliz cuando está en un barco o leyendo un libro, y preferiblemente haciendo ambas cosas al mismo tiempo. Síguela en Twitter como @GAViglione.

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