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Cuando el periodista se convierte en fuente: ¿qué hacer cuando llama la prensa?

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A microphone with a pop filter attached sits in the foreground, in front of a blurry background.
Milan Markovic/iStock

 

Todo empezó como cualquier otro pitch. Ayesha Tandon, periodista científica radicada en Oxford, en el Reino Unido, y que trabaja en Carbon Brief, se dio cuenta de que había disparidades entre las identidades de los investigadores que escribían artículos de alto nivel sobre climatología: parecían ser en su mayoría hombres y de instituciones de Norteamérica y Europa. Así que se propuso cuantificar la diversidad en los estudios más influyentes del sector para hacerse una idea más precisa del problema.

Durante una semana, Tandon pasó las tardes examinando 100 artículos citados con frecuencia y documentando el sexo y la ubicación geográfica de más de 1.300 autores. Entonces, en octubre de 2021 publicó un análisis exhaustivo de sus conclusiones: una amplia brecha de género y una marcada falta de investigadores del Sur Global. [Soy editora de Carbon Brief, pero no desempeñé ningún papel en el análisis de Tandon].

Para ampliar la repercusión del trabajo de Tandon, sus editores le sugirieron que le propusiera el análisis al corresponsal de medio ambiente de BBC News. “No tenía ni idea de que se podía hacer eso”, confiesa ahora Tandon. Para su sorpresa, el medio aceptó.

Como no podía estar segura de lo que se trataría en la entrevista, Tandon anotó algunas ideas sobre lo que quería decir y ensayó las respuestas a las preguntas que pensaba que le podría hacer el corresponsal. Atendió la llamada mientras daba vueltas por su apartamento, congestionada por un resfriado. A pesar de los nervios ––y de la congestión––, todo salió bien. Y de repente, en los meses siguientes, Tandon se convirtió en una fuente de referencia sobre el tema de la diversidad en la climatología y apareció en una amplia gama de podcasts, seminarios web y paneles.

Como descubrió Tandon, hablar con la prensa sobre tu trabajo es una forma estupenda de ampliar el alcance de una noticia importante. Muchos periodistas descubren también que la experiencia les ayuda a perfeccionar sus técnicas para realizar entrevistas y a generar empatía con sus propias fuentes. Y aunque los periodistas no son tan expertos como sus fuentes, sí lo son a la hora de comunicar el área que cubren, lo que a veces puede ser más valioso para el público.

Si te encuentras en el extremo receptor de una solicitud de entrevista, dedicar tiempo a prepararte como hizo Tandon te ayudará a maximizar tu impacto —y a minimizar tus nervios—. Pero lo más importante es “mantener tu propio entusiasmo” o interés por el tema en cuestión, dice Casey Grove, presentador de Alaska News Nightly, un programa de audio de Alaska Public Media. “Lo que quieres es que la gente se sienta interesada por lo que estás hablando”.

 

Responder a las solicitudes

Al principio puede parecer contradictorio que un periodista reciba una solicitud de entrevista, pero quienes quieren hablar con los periodistas a menudo buscan cierto tipo de maestría. Un periodista tiende a tener “una visión de las cosas desde 50.000 pies de altura”, dice Brit Hanson, productora en Washington D.C. del programa Short Wave de NPR, un podcast científico de gran alcance que suele entrevistar a periodistas sobre artículos recientes que han escrito. Dado que esa persona habrá hecho el trabajo previo de hablar con una serie de expertos y sintetizar la información, entrevistarla puede ser una apuesta más segura para un segmento corto que hablar con un solo experto. Y la habilidad de un periodista para tejer una narración que los oyentes “puedan masticar” puede ayudar a traducir temas delicados de una manera que un experto no podría, añade Hanson.

Del mismo modo, Grove suele entrevistar a otros periodistas para agilizar su proceso de reporteo. Por ejemplo, cuando tiene que cubrir la Asamblea Legislativa del Estado de Alaska, no tiene sentido que haga el viaje de casi 600 millas en avión a la capital en Juneau desde su base en Anchorage. En su lugar, Grove entrevista a personas que han hecho ese reporteo en el sitio. Este método ahorra tiempo y dinero —especialmente importante para un medio de comunicación con menos recursos— y honra el trabajo que esos periodistas ya han hecho, dice Grove. En algunos casos, añade, “están tan inmersos en el tema sobre el que reportean” que casi son expertos en la materia.

También debes tener en cuenta los posibles riesgos de una mayor exposición. Exponerse como una figura pública más visible —especialmente si cubres temas que atraen a los trolls, como el clima o la pandemia de la COVID-19— puede exponerte al abuso digital.

Recibir una solicitud de entrevista de otro periodista puede ser halagador y una buena forma de dar a conocer tu propio trabajo. Pero tómate siempre un minuto para evaluar la oportunidad. Debes sopesar el tiempo y el esfuerzo que te supondrá y los beneficios potenciales para tu artículo y tu carrera. Este tipo de apariciones no remuneradas suponen un costo de oportunidad, sobre todo para los freelancers, porque quitan tiempo al trabajo que sí genera dinero.

También debes asegurarte de que eres la persona adecuada para hablar de un tema, sin exagerar tus conocimientos. Eso es más fácil de determinar cuando se tiene una idea clara de lo que busca un medio de comunicación y de por qué su productor o reportero quiere hablar contigo en concreto, dice Fermín Koop, editor regional de Diálogo Chino, quien trabaja desde Buenos Aires, y cubre el medio ambiente y la relación entre China y América Latina. Haz preguntas de seguimiento e investiga un poco, sobre todo si no estás familiarizado con el medio. A veces los medios se limitan a pedir a Koop que “hable del cambio climático”, en lugar de entrevistarlo sobre uno de sus artículos. El resultado suele ser un segmento más superficial, dice, aunque a menudo igual acepta la entrevista. En los casos en que Koop considera que él no es la persona adecuada, intenta sugerir candidatos más apropiados.

También debes tener en cuenta los posibles riesgos de una mayor exposición. Exponerse como una figura pública más visible —especialmente si cubres temas que atraen a los trolls, como el clima o la pandemia de la COVID-19— puede exponerte al abuso digital. Las personas de color, los miembros de la comunidad LGBTQ+, las mujeres y otras personas con identidades marginales suelen sufrir la peor parte de estos ataques. Si los riesgos te parecen demasiado grandes, recuerda que estas apariciones no son obligatorias. No hay nada malo en permanecer tras bastidores y dejar que tus reportajes hablen por sí solos, si esa es tu preferencia. “Me gusta escribir porque puedo editarme a mí misma”, dice Betsy Ladyzhets, periodista freelance de ciencia, salud y datos radicada en Nueva York. Aunque Ladyzhets aparece regularmente en los medios de comunicación para hablar de su trabajo sobre COVID-19, añade que a algunas personas “simplemente les gusta ser solo los autores de una noticia”, y eso está bien.

 

Prepararse para la entrevista

Si aceptas la solicitud, debes dedicar algo de tiempo a preparar la entrevista, igual que harías si fueras tú quien hiciera las preguntas. Planifica tus puntos clave y organiza tus notas para poder consultarlas rápidamente. Tandon divide una hoja de papel en tercios, dedicando cada sección a una de las principales preguntas que está acostumbrada a oír: ¿Cuál es el problema? ¿Cómo lo aborda tu historia? ¿Y cuál es la solución? Anota los temas clave que quiere transmitir en cada sección y, a medida que avanza la entrevista, se asegura de tocar cada sección al menos una vez. “Si cubriste algunos puntos de cada sección, sabes que tienes un argumento coherente”.

Para asegurarse de que sus apariciones transcurran sin contratiempos, Tandon también guarda en su computadora un documento lleno de estadísticas, respuestas a preguntas habituales y anécdotas interesantes. Ladyzhets hace algo similar, ella recopila citas jugosas de expertos que podría utilizar en su entrevista. Aleida Rueda, periodista científica radicada en la Ciudad de México, prefiere escribir las cosas que quiere decir en frases completas y poner en negritas los puntos críticos. Cuando hace entrevistas en vídeo, mantiene el documento en la pantalla de su computadora para evitar interrumpir el contacto visual para mirar su libreta.

Por mucho que te prepares, es probable que en algún momento te encuentres con una pregunta a la que no puedas responder

Prepararse para una grabación en directo requiere un poco más de delicadeza, dice Koop. Sin la posibilidad de editar a posteriori o de rehacer una toma fallida, hay que tomar notas mucho más rigurosas y específicas para asegurarte de que toques los puntos más importantes. Como esas entrevistas suelen ser muy breves, hay que “usar el tiempo apropiadamente”, dice Koop —asegurándote de que estás transmitiendo los mensajes clave y evitando perder el tiempo en cosas tangenciales—.

Los periodistas también pueden preparar su entorno para realizar grabaciones de audio o vídeo de alta calidad. No estaría de más invertir en un buen equipo de grabación, como un micrófono externo, dice Grove, sobre todo si te encuentras a menudo en el lado receptor de las entrevistas. Pero incluso si no estás dispuesto a desembolsar más dinero, “un poco de configuración extra” puede ayudar mucho, dice.

Si no tienes micrófono, conseguirás mejor calidad de sonido grabando tu parte de la conversación con la aplicación Notas de voz del iPhone y enviando el archivo de audio al entrevistador, que grabando a través de Zoom. Suaviza el entorno con materiales que absorban el sonido —ya sea corriendo las cortinas, colocando tu portátil encima de un libro en lugar de una superficie que produzca eco o construyéndote un fuerte de almohadas—. Incluso orientar la silla hacia un armario lleno de ropa puede mejorar la calidad del sonido.

Si planeas grabar con el teléfono pegado a la oreja o con auriculares que se colocan en los oídos, Hanson aconseja quitarse los aretes para evitar sonidos de chasquidos y arañazos. Intenta minimizar el ruido de fondo apagando los ventiladores y silenciando las notificaciones del teléfono y la computadora. Rueda dice que intenta programar sus intervenciones en horas en las que el ruido de la calle es más silencioso. Para las entrevistas en vídeo, busca el punto óptimo de señal Wi-Fi y dedica algo de tiempo a pensar cómo aparecerá tu fondo en la cámara.

 

Responder a las preguntas

Por mucho que te prepares, es probable que en algún momento te encuentres con una pregunta a la que no puedas responder —o que se salga del ámbito de tu reportaje—. En algunos casos, “no pasa nada” si pides al entrevistador que siga con la siguiente pregunta, dice Koop. Pero es mejor decir algo, aunque solo sea para explicar que la pregunta va más allá de tu investigación y orientar al entrevistador hacia un experto que pueda ofrecer una respuesta.

Como ventaja añadida, superar los nervios y enfrentarte a un micrófono te da una idea de lo que podrían experimentar tus propias fuentes.

También puedes tomar prestada una táctica de los políticos y responder a la pregunta que quieres contestar, en vez de a la que te han hecho. El truco consiste en “asentir a la pregunta”, dice Tandon, y luego pasar a uno de tus puntos clave. Descubrir cómo hacer uno de estos giros es más fácil con la práctica, añade Rueda: Es un “talento” hacer que alguien sienta que estás respondiendo a su pregunta cuando en realidad no es así.

Si empiezas a sentirte con nervios, ya sea por una pregunta fuera de lugar o simplemente porque la luz roja de la grabación te está mirando fijamente, recuerda respirar. Tandon sugiere respirar hondo antes de responder a cada pregunta para bajar el ritmo, aunque las palabras te salgan enseguida. Y aunque oírte hablar puede resultar terrible en el momento, Grove dice que, ya grabado, “no va a sonar tan incómodo como podría haber parecido”.

Como ventaja añadida, superar los nervios y enfrentarte a un micrófono te da una idea de lo que podrían experimentar tus propias fuentes. Pasar por este proceso varias veces ha ayudado a Ladyzhets a darse cuenta de “lo difícil que es encontrar citas concisas en el momento”, dice. Como resultado, siente más empatía por fuentes nerviosas.

Cuanto más sirvas de fuente, más fácil te resultará encontrarlas. Una vez que empiezas a aparecer en segmentos e historias, puede haber un poco de “efecto bola de nieve”, dice Koop. A medida que la gente empiece a reconocerte y a recordar tu nombre, es más probable que te busquen. Al mismo tiempo, no siempre hay que esperar a que alguien te encuentre. De hecho, proponerte como fuente para un medio como Short Wave facilita mucho las cosas a los productores, afirma Hanson. Como si se tratara de un pitch normal, puedes enviar un correo electrónico a un productor y explicarle qué hace que tu historia sea interesante y por qué eres la persona adecuada para contarla. Si se trata de un tema de actualidad, siempre es una ventaja añadida. Y aunque promocionarse a uno mismo puede resultar incómodo, a los productores les encanta escuchar a gente que está entusiasmada con algo, dice Hanson. “Cualquier cosa que necesites para animarte a enviarnos un correo electrónico o lo que sea, hazlo. Siéntete orgulloso de tu trabajo”.

 

Giuliana Viglione Cortesía de Giuliana Viglione

Giuliana Viglione es una periodista científica y climática radicada en Washington D.C. Actualmente es editora en Carbon Brief, donde dirige la cobertura del equipo sobre alimentos, uso de la tierra y biodiversidad, y es una becaria TON de inicio de carrera patrocinada por el Burroughs Wellcome Fund. Su trabajo ha aparecido en Nature, Chemical & Engineering News, Gizmodo, Discover y otros medios, y fue becaria del AAAS Mass Media 2018 en King 5 News. Giuliana obtuvo su doctorado en oceanografía en Caltech, donde cofundó el medio de comunicación científica Caltech Letters. Es más feliz cuando está en un barco o leyendo un libro, y preferiblemente haciendo ambas cosas al mismo tiempo. Síguela en Twitter como @GAViglione.

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