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Desmitificando las jerarquías académicas: ¿Quién es quién en un artículo científico y a quién deberías entrevistar?

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A Lego graduate student sits at a desk behind a black laptop computer. His advisor watches him from the opposite side of the desk.
Al abrir su computadora, el estudiante de posgrado se protege inconscientemente de lo que diga su asesor sobre su último borrador. @legogradstudent

 

Escudriñar artículos científicos es una tarea integral del periodista científico. Descifrar la sección de métodos y dar sentido a las leyendas de las figuras es bastante desafiante de por sí, pero comprender quién contribuyó a cada parte del proyecto puede ser igual de confuso. ¿Quién, entre la lista a veces larga de autores de un artículo, sabe qué?

Los proyectos de investigación suelen estar a cargo de un equipo de científicos que representan muchos niveles diferentes de jerarquía institucional, y cada individuo puede brindar una perspectiva única a tu historia. Es posible que un profesor sénior no tenga una imagen completa de la rutina diaria en el laboratorio o en el campo, y un estudiante de posgrado probablemente todavía esté aprendiendo la rica historia de su disciplina. Algunos investigadores se ven inundados con solicitudes de entrevistas de los medios, mientras que otros a menudo quedan fuera del centro de atención. Y a medida que la demografía de la academia continúa cambiando hacia una mayor diversidad, las fuentes más jóvenes pueden reflejar una porción más amplia de la humanidad.

Descifrar estas jerarquías puede parecer desalentador desde el exterior. Pero es clave averiguar qué voces de diferentes escalones de la escalera (o fuera de la academia por completo) son las adecuadas para tu historia. Seleccionar cuidadosamente estas voces hará que tus historias estén bien reporteadas y puede ayudar a ampliar la diversidad de tus fuentes.

 

Quién es quién en un artículo científico

La mayoría de los artículos científicos incluyen autores de diversos niveles de antigüedad o experiencia que han desempeñado diferentes funciones en el proyecto, desde obtener la financiación mediante subvenciones hasta pipetear muestras en el laboratorio. El significado del orden de autoría en estos artículos científicos puede variar mucho, y puede depender del campo que estés cubriendo (y puede llegar a ser espinoso). A menudo, el primer autor de la lista es un científico júnior que hizo la mayor parte del trabajo, y el último autor es el investigador más antiguo del proyecto. A veces, el orden se invierte. Si no estás seguro de la posición de un autor en particular, una búsqueda rápida en línea debería aclararte su rango. (Los sitios web de los laboratorios y los perfiles de Google Scholar son buenos lugares para comenzar la búsqueda).

El autor sénior de un artículo —a menudo el investigador principal que dirige el grupo de investigación— debe estar equipado para hablar en el contexto más amplio en el que encaja su proyecto. Estos investigadores tienden a figurar como el ‘autor correspondiente’ o el punto de contacto para un artículo. Como tal, también es más probable que estén capacitados para hablar con los medios, dice Robin Lloyd, periodista independiente y editora en la ciudad de Nueva York. Los científicos séniores suelen tener gran experiencia en la redacción de aplicaciones para obtener subvenciones para las investigaciones, con mucha práctica en comunicar la motivación y el impacto de la investigación de su laboratorio. Esta práctica puede facilitar las entrevistas, especialmente para historias sobre temas complejos o controvertidos, ya que estas fuentes pueden tener mucha experiencia explicando cosas difíciles.

Algunos editores pueden presionarte para que priorices la inclusión de estas voces más experimentadas y sénior en tus historias, dice Max Kozlov, reportero de biomedicina de Nature, mientras que otros pueden agradecer los comentarios de investigadores más jóvenes. Incluir una combinación de voces de todos los niveles de antigüedad es clave para elaborar una historia completa, dice.

Los coautores de un investigador principal suelen ser los que se ensucian las manos en el laboratorio: estudiantes de posgrado, posdoctorados, asistentes de investigación de pregrado, personal científico, técnicos y gerentes de laboratorio con muchos conocimientos técnicos.

Este enfoque ayuda a garantizar que obtengas una comprensión tanto de la ciencia general como de las personas que la impulsan. “Quiero que el lector se imagine a sí mismo en la mente y el cuerpo del científico”, dice Eric Boodman, reportero de asignaciones generales en STAT, quien dice que tiene la costumbre de hablar tanto con el investigador principal como con el trabajador principal de un proyecto.

Los coautores de un investigador principal suelen ser los que se ensucian las manos en el laboratorio: estudiantes de posgrado, posdoctorados, asistentes de investigación de pregrado, personal científico, técnicos y gerentes de laboratorio con muchos conocimientos técnicos. O un autor puede haber aportado un tipo específico de experiencia a un proyecto, como en estadística o epidemiología. Esto puede ser especialmente cierto para grandes proyectos de investigación multidisciplinarios.

Estas fuentes pueden ser particularmente útiles para abordar preguntas específicas sobre los métodos de un estudio, y es probable que estén más familiarizadas con los matices de los datos que el investigador principal. Los investigadores jóvenes, como estudiantes de posgrado y de postdoctorado, también tienden a proporcionar los detalles, la riqueza y la novedad que dan vida a una historia, dice Lloyd. “Me encanta hablar con personas que están comenzando su carrera porque están entusiasmados y piensan de forma diferente”.

Los autores secundarios pueden ser más fáciles de contactar, en parte porque es menos probable que se vean asediados por las solicitudes de los medios. Pakinam Amer, periodista científica y productora multimedia que vive en El Cairo, recomienda comunicarse con investigadores de posdoctorado, especialmente si estás escribiendo una historia que no necesariamente necesita la autoridad de un investigador principal, como un resumen de noticias de un único estudio. “Los investigadores de posdoctorado son apasionados de su trabajo”, por lo que pueden estar dispuestos a dedicar un tiempo a explicártelo, dice Amer. Dicho esto, puede ser útil ser cortés al incluir al autor principal en los correos electrónicos que solicitan entrevistas con otros autores, si no planeas comunicarse con ellos directamente.

A veces, los investigadores principales redirigen a los periodistas a sus aprendices, dice Jennifer Ouellette, redactora que cubre ciencia y cultura para Ars Technica. Esto puede ser simplemente un movimiento logístico —los investigadores principales a menudo tienen agendas llenas, pero no quieren rechazar las solicitudes de los medios por completo—. Pero dado que muchos investigadores séniores son profesores, a menudo también están ansiosos por brindarle a los aprendices la oportunidad de comunicar su ciencia a los medios. Como observa Ouellette, “estos jóvenes serán los investigadores séniores del futuro”.

 

Más allá del paper

Los científicos nombrados en un artículo científico o paper rara vez deberían ser las únicas fuentes en una historia. Los investigadores que no contribuyeron al trabajo que estás cubriendo pueden brindar perspectivas útiles sobre el rigor y la validez del proyecto, y pueden ayudarte a comprender cuál es su posición en el contexto del campo que estás cubriendo. Según el tema y la extensión de la historia, solo una o dos fuentes externas pueden ser suficientes, pero otras situaciones pueden exigir más.

Al reportear sobre un tema potencialmente espinoso, por ejemplo, es crucial buscar varias opiniones externas. Puede haber desacuerdos en curso dentro de un campo que quizás no sea visible para ti como foráneo, dice Ouellette. Ella recuerda un momento en que un artículo que escribió sobre la publicación de un laboratorio incitó críticas de un grupo de investigación diferente, revelando una batalla recurrente entre teorías dentro del campo. “A veces, no sabes que hay tensión, debate y controversia, y puedes tropezar con eso y arruinarlo”, señala ella.

Los periodistas también deben estar atentos a los comentarios externos de los científicos cuando la tasa de descubrimiento y publicación en un campo está en auge, como en la investigación de la COVID-19. Los artículos publicados en revistas revisadas por pares de alto impacto ya han sido examinados por científicos. Pero ese no es el caso de los preprints, advierte Amer. “Tendrás que hacer el trabajo pesado de hablar con muchos científicos” para verificar la validez del estudio, dice ella.

Para encontrar investigadores que no estén afiliados al grupo de investigación de un artículo, Kozlov recomienda revisar las referencias de ese artículo. Si bien no proporcionarán una lista imparcial de científicos en el campo, pueden recomendarte expertos externos que trabajen en campos relevantes. Pedir a tus fuentes principales recomendaciones para fuentes externas es otro buen punto de partida. Incluso puede ser útil cambiar el guion y pedirles que piensen en alguien que probablemente no esté de acuerdo con su trabajo.

Si bien las fuentes académicas externas son voces críticas para incluir en las piezas científicas, no son tus únicas opciones. Los médicos, políticos, expertos legales, trabajadores sociales y otros miembros de la comunidad pueden proporcionar un contexto adicional sobre lo que significa un estudio fuera del laboratorio.

Twitter también es un recurso útil para tener una idea de lo que los investigadores dicen sobre el trabajo de los demás. A veces, los investigadores publican tuits o hilos sobre nuevos artículos o preprints (echa un vistazo a #tweeprint), que brindan un resumen con menos jerga de sus principales hallazgos y pueden haber generado comentarios de otros en el campo.

Ten en cuenta que, si estás cubriendo un campo emergente o altamente especializado, es posible que solo haya un puñado de expertos externos disponibles. En estos casos, es especialmente importante verificar dos veces que las posibles fuentes sean realmente independientes y no un exasesor o colaborador habitual de uno o más de los autores del artículo. Puedes hacerlo revisando los currículums de tus fuentes principales, a menudo disponibles en su sitio web personal o perfil de LinkedIn, o utilizando sitios web como The Academic Family Tree, que rastrea las relaciones entre asesores y aprendices a lo largo de la historia de docenas de disciplinas. Sin embargo, algunos de estos recursos pueden tener errores o estar desactualizados, así que, en caso de duda, pregunta a tu fuente.

Cuando tu selección es limitada, Lloyd recomienda priorizar la profundidad del conocimiento, la elocuencia y el entusiasmo de las fuentes potenciales, en lugar de su antigüedad. “Tienes que usar tu intuición y decir: ‘esta será la mejor historia para mi lector’”, dice.

Solicitar entrevistas de fuentes externas requiere un baile delicado. Para maximizar la probabilidad de que una fuente potencial responda a tu correo electrónico, sé lo más específico posible sobre las preguntas que planeas hacer —tanto para despertar el interés como para ayudarlos a decidir si es la persona adecuada para tu historia—. Si el estudio que estás cubriendo está embargado, puede ser conveniente confirmar explícitamente que el comentarista externo está dispuesto a respetar el embargo antes de enviarle el estudio.

Si bien las fuentes académicas externas son voces críticas para incluir en las piezas científicas, no son tus únicas opciones. Para Kozlov, la verdadera oportunidad para una consideración reflexiva surge cuando se contacta con fuentes externas. Los médicos, políticos, expertos legales, trabajadores sociales y otros miembros de la comunidad pueden proporcionar un contexto adicional sobre lo que significa un estudio fuera del laboratorio. Al cubrir temas en el ámbito de la salud y la medicina, los pacientes pueden compartir una perspectiva especialmente útil. Estas fuentes son los mejores expertos de su propia experiencia, dice Boodman. Y en algunos casos, los pacientes también pueden haber desarrollado un conocimiento valioso en los temas científicos o políticos relacionados con sus condiciones.

 

Usar una red más amplia

Agregar una capa adicional de consideración para elegir qué autores del estudio y fuentes externas entrevistar también puede ayudar a los periodistas a ampliar intencionalmente la diversidad de sus fuentes. El buen periodismo debe representar al mundo de manera equitativa e inclusiva. Así que considera cómo tus opciones de fuentes pueden contrarrestar los problemas de diversidad que ya enfrenta la academia.

Ten en cuenta el paisaje del campo y quién tiende a obtener la mayor atención de los medios, sugiere Lloyd. Por ejemplo, los científicos séniores tienden a aparecer con más frecuencia, pero es menos probable que reflejen la diversidad del campo que los investigadores que inician su carrera, como estudiantes de posgrado y de posdoctorado. “Si solo te comunicas con investigadores sénior para obtener experiencia general”, advierte, la mayoría de las veces “vas a tener investigadores predominantemente blancos”.

Al buscar fuentes académicas externas, los periodistas pueden priorizar investigadores de comunidades subrepresentadas que tengan experiencia relevante para sus historias. Puedes encontrar fuentes como estas consultando listas como 500 Queer Scientists, Diverse Sources o SheSource, y otras compiladas en la guía de The Open Notebook para encontrar fuentes diversas para historias científicas. Además, intenta buscar fuentes diversas en Twitter a través de hashtags como #BlackInNeuro, #TransInSTEM o #MarginSci, y acostúmbrate a seguir a  investigadores diversos en los campos que cubres.

A veces, la búsqueda de voces subrepresentadas puede llevarte al pasado de un campo científico y permitirte descubrir perspectivas históricas. “Hay algo que decir sobre descifrar a qué escenas quieres darle vida y encontrar a esas personas, incluso si ya no están trabajando en ciencia”, dice Boodman, quien puso en práctica esta técnica para su reportaje de STAT de 2019 sobre la tortuosa historia de los recolectores de plantas y científicos que desarrollaron un veneno para el ganado que se convirtió en medicamento para el cáncer. Estas fuentes pueden ser difíciles de encontrar, especialmente si dejaron la academia o se jubilaron, en cuyo caso podrían aparecer como profesores eméritos en las bases de datos de la universidad. Revisar las secciones de agradecimientos de artículos seminales o las notas al pie de página de libros de historia de la ciencia también puede llevarte a fuentes que pueden proporcionar un contexto histórico para tu historia.

es importante ser sensible al nivel de comodidad de sus fuentes. Algunas personas pueden sentirse más cómodas siendo entrevistadas que otras, debido a su personalidad, antecedentes culturales o experiencia previa colaborando con periodistas

Mientras trabajas para ampliar a quién incluyes como fuentes, recuerda que este es un proceso continuo, a menudo imperfecto. Un escollo común que se debe evitar es hacer preguntas estereotipadas a tus fuentes, dice Sibusiso Biyela, que radica en Johannesburgo y es comunicador de ciencia digital en ScienceLink de Sudáfrica, una agencia que ayuda a los científicos a perfeccionar sus habilidades de comunicación. “No les pido que me den su perspectiva como científica negra”, por ejemplo, dice. “Solo les pregunto sobre su ciencia”. Este enfoque pone el énfasis en cómo la experiencia particular de una fuente, en lugar de su identidad, puede contribuir a una historia.

También es importante ser sensible al nivel de comodidad de sus fuentes. Algunas personas pueden sentirse más cómodas siendo entrevistadas que otras, debido a su personalidad, antecedentes culturales o experiencia previa colaborando con periodistas, por ejemplo. Del mismo modo, algunas fuentes pueden sentirse obstaculizadas por las barreras del idioma. Los investigadores que no tienen tanta confianza conversando en el idioma pueden apegarse al lenguaje técnico practicado, que puede incluir más jerga de la que cabe en un artículo destinado al público general.

Para tener una idea de qué tan cómodo puede sentirse un investigador como entrevistado, Ouellette sugiere tratar de rastrear las grabaciones de sus conferencias y los perfiles profesionales de las redes sociales en línea. “¿Están rígidos? ¿Usan mucha jerga?” ella se pregunta. La forma en que alguien les habla a sus estudiantes o seguidores puede ayudarte a imaginar cómo se desenvolverán durante una entrevista.

A medida que programes una entrevista con una fuente potencialmente vacilante, incorpora suficiente tiempo para asegurarte de que todos en la conversación se sientan cómodos y puedan hablar a su propio ritmo. También puedes ayudar a las fuentes a sentirse más preparadas para una entrevista preguntando por su modo de comunicación preferido (teléfono o Zoom, por ejemplo), compartiendo la idea aproximada de tus preguntas con anticipación y asegurándoles que tú u otro periodista se pondrán en contacto con ellos nuevamente durante la verificación de datos para confirmar la exactitud de las declaraciones que se les atribuyen.

Hacer tu tarea por adelantado puede tranquilizar a tus fuentes. Deja en claro que has leído la investigación sobre la que los está entrevistando y elabora tus preguntas cuidadosamente para verificar su comprensión, dice Biyela. Esto “les muestra que has hecho tu trabajo”, dice. Y en la mayoría de los casos, “estarán muy contentos de que lo hayas entendido, o estarán dispuestos de corregirte. De cualquier manera, se comienza una conversación”.

 

Celia Ford Cortesía de Celia Ford

Celia Ford es candidata de doctorado de sexto año en el Instituto de Neurociencia Helen Wills de la Universidad de California, Berkeley, donde estudia cómo nuestros cerebros le dan sentido al mundo y cómo actualizamos nuestras expectativas cuando el mundo cambia. Celia, una becaria de TON apoyada por el Burroughs Wellcome Fund, escribe para Berkeley Science Review y hace podcasts con NeuroCinema. En una vida pasada, fue DJ de rock alternativo en 95.5 WBRU FM. En un universo paralelo, es instructora de pole dance, bajista y devota madre gatuna. Puedes seguirla en Twitter como @cogcelia.

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